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El pasado 6 de junio, después de permanecer cerrado durante varios meses a causa del COVID-19, el Museo Nacional del Prado reabrió sus puertas a los visitantes. La pandemia truncó en un principio los planes que nuestras alumnas Marta Cervantes, de 4º del doble grado en Historia y Periodismo, y Guadalupe Arévalo, de 4º de Filosofía, tenían para realizar prácticas de verano en la institución. Sin embargo, finalmente pudieron vivir esta experiencia, gestionada a través del área de Career Services de la Facultad de Filosofía y Letras. 

Tal y como explica Marta, “a mediados de junio, las vacantes para realizar prácticas en el Museo del Prado volvieron a ser vigentes. Cristina Terroba, career manager de la Facultad, nos puso sobre aviso y pude retomar el proceso de solicitud. Días después me llamaron para una entrevista, que realicé por videoconferencia, y después de superar una selección entre otros alumnos, me contactaron para indicarme que había sido elegida para una de las dos plazas ofertadas”.

Para Marta, realizar prácticas es tan importante como los conocimientos que se adquieren durante la carrera: “Hoy, la vida profesional te pide mucho más que un título y unos saberes teóricos. Necesitas tener un bagaje práctico que avale tu potencial y te destaque como candidato en un proceso de selección. Es precisamente por esta motivación personal, de realizarte como persona y como trabajadora, que todos los veranos busco nuevas oportunidades que me permitan acrecentar mis capacidades”.

En estos dos meses, Marta ha tenido oportunidad de desempeñar diversas labores, como tareas de gestión y de cara al público, atender visitas guiadas, tratar con los clientes (Amigos de la Fundación del Museo del Prado), o realizar actas de renovación y altas de amigos del Museo. “Además, he recibido formación cultural y administrativa y he podido completar esta experiencia con diversos cursos y actividades”, añade.

Una experiencia que, asegura, “me ha aportado un gran desarrollo en comunicación oral y en el trato con los usuarios; un mayor conocimiento en gestiones culturales, muy importante de cara al futuro máster que quiero realizar; y una enorme satisfacción al ver que soy capaz de enfrentarme al mundo laboral”. En este sentido, destaca el crecimiento personal que ha experimentado: "He podido trabajar en equipo, en un ambiente muy distinto al acostumbrado, y a reconocer cuándo necesito ayuda y de qué forma puedo aportar mi grano de arena a la sociedad”.

Asegura que en este tiempo, ha podido poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula: “Es increíble cuando ves que todo lo aprendido durante las clases, incluso aspectos que quizás no considerabas relevantes, cobra su sentido e importancia en tu trabajo. Manuales, clases, horas de estudio, ejercicios, exposiciones…etc. todo ello es la base para lo que nos espera después: el mundo profesional”.

Por su parte, Guadalupe decidió hacer prácticas en el Museo Nacional del Prado "porque me gustaría dirigir mi futuro profesional hacia ese sector. Además, quería fomentar mi fluidez en el mundo laboral". Al igual que su compañera, Guadalupe consiguió estas prácticas a través del área de Career Services de la Facultad: "Cristina Terroba, nuestra Career manager, me ayudó en el proceso", explica. 

Gracias a las labores desempeñadas durante estos dos últimos meses -colaboración en el punto de Amigos del Museo del Prado, atención al cliente, tareas en las oficinas de la Fundación- y su asistencia a cursos formativos de Historia del Arte, nuestra alumna asegura que esta experiencia "me ha aportado conocimiento sobre el funcionamiento de instituciones orientadas a la gestión cultural, el funcionamiento interno del museo y de la Fundación, un acercamiento a la forma de trabajar en este tipo de fundaciones, así como delicadeza y soltura en la atención al cliente". Todo ello, tal y como piensa, le podrá ser de utilidad este año, cuando curse la asignatura de Teoría de las Artes y Estética.