20011005"La convalecencia del niño enfermo en el hogar, cada vez más frecuente, obliga a pensar en la atención escolar domiciliaria"

"Es necesario revisar el funcionamiento de la pedagogía hospitalaria porque la convalecencia se produce cada vez más a menudo en el hogar del niño. Pero la atención domiciliaria plantea un problema claro: el maestro entra de lleno en la intimidad de una familia". Son palabras de Christian Lieutenant, presidente de la Asociación Europea de Pedagogos Hospitalarios (HOPE), que participó en el Seminario Europeo de Pedagogía Hospitalaria que se celebra del 4 al 6 de octubre en la Universidad de Navarra.

"Los ingresos largos siguen siendo los mismos, lo que más se reduce es el número de ingresos de mediana duración. Existen argumentos económicos evidentes para ello, pero también razones humanas: la recuperación es más agradable cuando el niño se encuentra en su ambiente", opinó. A su juicio, "el maestro penetra en el hogar y esto puede incomodar tanto a las familias como a los pacientes".

Durante el encuentro, que se centra en el "Desajuste psico-educativo y desestructuración familiar en el niño enfermo crónico hospitalizado", Christian Lieutenant se refirió a la legislación europea acerca de la atención pedagógica a los niños hospitalizados. "Se pronuncia sobre las líneas generales que hay que seguir. Pero los grandes principios no suelen ser fáciles de poner en práctica. Los presupuestos de la UE en este ámbito son importantes porque existe una gran preocupación tanto por la salud como por la educación, y existe una voluntad política de unificar estos criterios pero, en la práctica, los pedagogos siguen trabajando aislados en sus hospitales".

El presidente de la Asociación Europea de Pedagogos Hospitalarios afirmó en la Universidad de Navarra que la armonización aún no se ha conseguido, y puso como ejemplo el tema de la formación: "La cualificación requerida para la enseñanza en el hospital no es la misma ni en Francia, ni en Bélgica, ni en España. Las exigencias van desde los estudios convencionales de Magisterio hasta seis años de especialización universitaria específica".

Gran Bretaña, pionera

"Todavía somos pocos los profesionales que trabajamos en aulas hospitalarias", opinó, y señaló que en Bélgica existen alrededor de 200 profesionales, "lo que no está del todo mal si tenemos en cuenta el número de habitantes. En España, por ejemplo, la proporción es menor".

Christian Lieutenant recordó que las primeras escuelas en los hospitales de carácter oficial se crearon en Gran Bretaña, "que también fue la primera en considerar que los niños hospitalizados tienen derecho a una educación especial. En Bélgica, por ejemplo, la legislación sobre esta educación especial no tiene más que 30 años, así que las aulas hospitalarias son relativamente recientes. Esto con respecto a la legislación, porque no hay que olvidar que las congregaciones religiosas se han ocupado de este tema en muchas ocasiones".

"Un caso diferente es el de los Países Bajos -prosiguió- donde las aulas hospitalarias en sentido estricto prácticamente han desaparecido. Allí se ha pensado en una organización diferente. Un equipo educativo que trabaja en el hospital se centra, más que en la enseñanza, en la continuidad escolar del niño; es decir, que entre su hospitalización, su convalecencia en casa y el regreso al aula no se produzca una ruptura".

Por último, Christian Lieutenant explicó que la figura del pedagogo para la familia es importante porque "nuestra forma de hablar se acerca más a la suya que el lenguaje médico. Además, nosotros trabajamos con una presión distinta porque no esperan de nosotros que curemos a sus hijos. Y el mensaje implícito que transmitimos es esperanzador: estamos ahí para que, cuando el niño se cure, vuelva al colegio, y esto presupone que el niño va a salir adelante".