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Resumen: “Desafíos de la monarquía parlamentaria”

La profesora de Derecho Constitucional Asunción de la Iglesia analiza los retos de la monarquía en el actual contexto político y constitucional español

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FOTO: Manuel Castells
02/03/20 20:45 María Fernanda Callejón

Asunción de la Iglesia acaba de publicar el libro “Desafíos de la monarquía parlamentaria” dentro de la colección “Debates Constitucionales” patrocinada por la Fundación Manuel Giménez Abad y bajo el sello de Marcial Pons. La finalidad de la colección es aportar al debate político y jurídico de los temas de mayor actualidad, considerando que la Constitución de 1978 es “un texto vivo”.

“Desafíos de la monarquía parlamentaria” aborda en 152 páginas las principales cuestiones que afectan a la institución tal y como queda configurada en el texto constitucional de 1978. La autora hace un repaso del tratamiento jurídico de la Jefatura del Estado a partir de tres desafíos: histórico, funcional y sucesorio-familiar. Preguntamos a la autora sobre cada uno de ellos:

La Corona española es una de las más antiguas que se conservan en el mundo ¿cuál sería el desafío histórico?

En efecto, la monarquía española es una de las más antiguas, junto con la británica. Podría decirse que la historia de España, su unidad e identidad nacional están vinculadas a la Corona. El desafío histórico es una constante, con peculiaridades en cada periodo. Si en el siglo XIX fue la parlamentarización, sobrevivir y prestar servicio a los españoles en los distintos contextos políticos, en el siglo XX, después del régimen de Franco, la transición dio lugar al modelo racionalizado de monarquía, compatible con la democracia de partidos, que la propia monarquía contribuyó a establecer y consolidar. En el último periodo la institución ha atravesado una crisis grave por factores internos y externos. Tras la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI en 2014 se ha llevado a cabo una renovación de la institución. Sin embargo hoy, el contexto político más extremo y complejo, con una reacción particularmente encendida de los movimientos independentistas contra el Estado y la Corona como símbolo de la unidad, el desafío sería demostrar su capacidad integradora y de defensa de la democracia constitucional.

Se habla de un rey que no gobierna… pero reina. ¿Cuál es, entonces, el desafío funcional?

No es fácil explicar un modelo de Jefatura del Estado cuya función es simbolizar, representar y arbitrar el funcionamiento de las instituciones y hacerlo sin entrar en el plano que corresponde a los actores políticos. Sin embargo no es un mero adorno. De una parte, presenta las ventajas comparativa de una Jefatura de Estado neutral y no sometida a las tensiones de renovación de otras instituciones, aunque con la limitación de sus funciones al plano representativo y simbólico. Por supuesto, el papel del Rey adquiere una dimensión extraordinaria en las relaciones internacionales y, desde un punto de vista práctico, y como se ha visto en los últimos tiempos, destaca el papel Jefe del Estado en la emisión de mensajes, que adquiere una fuerza evocativa superior por lo que simboliza: la unidad constitucional sin preferencias políticas. Las distintas funciones se van desglosando en el texto Parlamento, Gobierno, Poder Judicial, Comunidades Autónomas…). Es conocido que la mayor parte de las funciones recogidas en el texto constitucional son “actos debidos” que el Rey solemniza y van acompañados de refrendo. Conectado con esto se considera el sentido del estatuto del monarca, a veces discutido en la opinión pública: su inmunidad e inviolabilidad.

¿Cómo afecta el rasgo sucesorio a la Corona y al propio sistema político?

Es rasgo que hace singular la monarquía el proveer automáticamente y por razón de nacimiento el acceso a la Jefatura del Estado. Esto lanza sobre el tablero toda una suerte de cuestiones que están vinculadas a los avatares personales y familiares que pueden producirse. Nada de lo que ocurre en la Familia Real es ajeno a la suerte de la Corona. El libro analiza las distintas situaciones que podrían darse y las soluciones constitucionales previstas: la sucesión a la Corona y las posibles situaciones, el matrimonio del Rey o del heredero –en la actualidad la heredera-, abdicaciones, renuncias, inhabilitaciones, regencia, tutela… etc. No quedan fuera del texto las reglas sucesorias que discriminan a la mujer en favor del varón y la necesidad de reformar el texto en este punto. El desafío en lo sucesorio es constante y muy abierto en cuanto a los puntos que pueden condicionar la suerte de la Corona.

Conclusiones

De la Iglesia entiende que el éxito de la monarquía ante estos desafíos depende, de una parte, de lograr el equilibrio entre la adaptación a los tiempos modernos y la conservación de la esencia de la institución, del prestigio del titular y su ejemplaridad y por otra parte de la lealtad constitucional de los actores políticos. La Corona no es patrimonio de ninguna fuerza política, sino que es un legado de la historia de España cuyo valor es precisamente la capacidad de integración.

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