Resumen:
La maternidad por subrogación tiene una importante dimensión económica que, en los últimos años,
se ha visto aún más potenciada. Se trata de una
industria
multimillonaria que, por otro lado, se aprovecha
de mujeres con bajos recursos económicos. Frente a ello, existe una importante crítica, ejercida por distin
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tos colectivos, que se refieren a este sector con términos tan cuestionables como ¿industria de alquiler de
vientre¿, ¿granjas de bebés¿, ¿fábricas de niños¿, etc.
Dichas críticas están siendo fuertemente contrarrestadas por los centros de maternidad por subrogación.
A ello dedican ingentes presupuestos con estrategias que, asentadas en grandes dosis de sentimentalismo,
logran transmitir una imagen positiva del proceso. El objetivo es proporcionar tranquilidad a los usuarios y a la
sociedad en general. Para ello distorsionan las implicaciones éticas y jurídicas del proceso; en particular, niegan
la explotación de las mujeres y la instrumentalización de los hijos que, necesariamente, implica esta técnica.