Fallece Arturo Gullón Macarrón, uno de los pioneros de la Facultad de Ciencias
El viernes 10 de octubre falleció en Estella, a los 97 años de edad, Arturo Gullón, profesor del antiguo departamento de Genética y uno de los pioneros de la Facultad de Ciencias

13 | 10 | 2025
Nacido en Écija (Sevilla) en 1928, se graduó en Medicina por la Universidad de Sevilla y en Odontología y Estomatología en la Universidad Complutense de Madrid. Amplió sus estudios en Alemania con una prestigiosa beca de la Fundación Alexander von Humboldt y ejerció su docencia e investigación en diferentes universidades.
Arturo se incorporó a la Facultad de Ciencias en 1963 –siendo entonces decano Álvaro del Amo–, donde impartió las asignaturas de Biología General, Genética y los cursos de doctorado en Genética de Poblaciones. Fue director de estudios y director del departamento de Genética, e impulsó el crecimiento de la Facultad. En 1975 obtuvo la cátedra de Genética de la Universidad de La Laguna, donde también ejerció su labor docente e investigadora. Posteriormente se reincorporó a la Universidad.
Una de las líneas de investigación en las que el profesor Gullón fue especialista y realizó importantes contribuciones fue en el estudio de las mutaciones genéticas. Además, publicó diversas obras como Introducción a la Genética de eucariotas y un manual sobre Estadística Aplicada y Bioestadística, en colaboración con María José Calasanz y Marta García Granero.
María José Calasanz, profesora de la Facultad de Ciencias y discípula de Arturo, destaca la “enorme generosidad y la confianza" que tuvo en ella desde el principio de su carrera académica. "Fue un gran mentor. Lo recordaré con mucho cariño”.
Por su parte, Luis Herrera, catedrático emérito de la Facultad de Ciencias, subraya su generosidad, amabilidad y buen sentido del humor: “Arturo era un hombre generoso y amable, cumplidor de todas las tareas de gobierno de la Facultad como director de estudios y director del departamento, de un trato fino y delicado con todos los profesores del claustro académico y el personal no docente, siempre rodeado de un puñado de alumnos a los que dedicaba tiempo sin medida para su formación y preparación”.