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Los mitos sobre el uso de nuevas tecnologías en la primera infancia, a examen

Catherine L'Ecuyer, colaboradora del Grupo ‘Mente-cerebro’ del ICS, desmiente en un artículo eslóganes sobre la exposición temprana a las pantallas

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Catherine L'Ecuyer, autora de 'Educar en el asombro'
FOTO: Borja Centenera
26/04/19 14:49 Natalia Rouzaut

En 1970, los niños estadounidenses tenían su primer contacto con las pantallas a los 4 años, según la American Academy of Pediatrics. Casi 50 años después, la edad de contacto ha bajado a los cuatro meses gracias al amplio abanico de dispositivos tecnológicos disponibles. De hecho, un estudio de Common Sense Media indica que los niños de menos de 2 años pasan alrededor de hora y media al día delante de una pantalla. El 66% de los padres de estos niños consideran que el uso de las tecnologías beneficia el aprendizaje. ¿Hasta qué punto es buena una exposición tan temprana?

“Hoy por hoy, no hay estudios que establezcan un beneficio claro de la tecnología en relación con el aprendizaje en la primera infancia”, asegura Catherine L'Ecuyer, colaboradora del Grupo ‘Mente-cerebro’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, y autora de Educar en el asombro y Educar en la realidad.

L'Ecuyer analiza los mitos sobre las bondades de la tecnología en los más pequeños en el artículo ‘El uso de las tecnologías digitales en la primera infancia: entre eslóganes y recomendaciones pediátricas’, publicado en el dosier Lectura digital en la primera infancia del Centro Regional para al Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) de la UNESCO y patrocinado por la Fundación SM.

En él, la autora explica que no es recomendable que los menores estén expuestos a las pantallas hasta los dos años. Ante los que abogan que las tecnologías pueden favorecer el desarrollo y la educación, argumenta que, a esas edades, no son capaces de transferir la experiencia en dos dimensiones a la vida real. “Los niños aprenden de las relaciones humanas y de las experiencias reales, no de las pantallas”, asegura. Además, la sobreexposición puede provocar déficits en el aprendizaje, principalmente en el lenguaje.

Seis mitos sobre los beneficios de la tecnología

En concreto, la experta destaca en su trabajo seis mitos o eslóganes tecnológicos que muchos consideran ciertos pero que, en realidad, no tienen ninguna base científica.

  • Para educar en el uso responsable de las tecnologías, es preciso introducirlas en la primera infancia

Según la educadora, ante una pantalla, el niño no tiene una atención sostenible, sino fascinación ante estímulos frecuentes e intermitentes. Esto se da porque el niño pequeño no tiene consolidadas las funciones ejecutivas (atención, inhibición y memoria de trabajo) por lo que no es capaz controlar el uso de las tecnologías ni realizar un uso responsable.

  • Nuestros hijos son nativos digitales; así pues, tienen más facilidad para aprender a relacionarse en el mundo digital

El término ‘nativo digital’ hace referencia a aquellos que, por haber nacido en la era digital, está acostumbrado a recibir y procesar la información de manera natural. Así, tendrían ventajas cognitivas que afectan positivamente a su aprendizaje. Sin embargo, L'Ecuyer señala que los estudios muestran que los jóvenes carecen de las competencias críticas y analíticas para poder entender el valor y la originalidad de la información en la web, haciéndoles dependientes de herramientas como Google.

  • Es clave dar acceso universal a las tecnologías: cerrar la brecha digital permite reducir las diferencias socioeconómicas

Uno de los argumentos que se esgrime para favorecer el desarrollo social y económico es el acceso universal a la tecnología, ya que Internet reduciría la brecha social. Sin embargo, la experta cita estudios que indican que, si bien es cierto que el acceso a la tecnología es menor en las familias desfavorecidas, estas tienen un consumo más abusivo. De este modo, considera que surgiría una nueva brecha: “Por un lado las familias que son conscientes de la necesidad de limitar el uso de las nuevas tecnologías y capaces de hacerlo, y, por otro lado, las que no”.

  • La lectura en pantalla da mejores o iguales resultados que la lectura en papel

Para la investigadora, la escritura a mano es clave para el aprendizaje de la lectura. La escritura en papel permite reconocer visualmente mejor las letras por los movimientos específicos realizados en la escritura a mano.

  • La tecnología no es buena ni mala, depende de cómo se usa

"Nos guste o no", dice la autora, "la tecnología tiene efectos que no podemos obviar sobre el aprendizaje de nuestros hijos y alumnos" al ser la infancia una etapa crítica en el desarrollo. Además, alerta que, mientras un niño esté frente a una pantalla, deja de hacer otras actividades beneficiosas para su desarrollo, como el juego o la lectura. Esto se conoce como el ‘Efecto desplazamiento’.

  • La tecnología está aquí para quedarse, de modo que es inútil atrasar su introducción y preferible adelantar su introducción

L'Ecuyer expone que los constantes cambios tecnológicos desmienten esta idea. “Los dispositivos tecnológicos que usamos a diario tienen un ciclo de vida cada vez más corto”, asegura. Aboga por la prudencia en el uso de la tecnología y considera su mal uso “un tema de salud pública" ya que, si realmente causa algún daño en el menor, para cuando pueda probarse habrán pasado años “cuando el posible daño esté hecho”.

Como conclusión, la experta defiende el control por parte de los padres, quienes deben acompañar a los pequeños en el uso de las tecnologías. También recuerda que padres y educadores deben informarse sobre las recomendaciones de los pediatras y ser prudentes. “Es posible que la mejor preparación al mundo online que podamos ofrecerles se encuentre en el mundo offline. En el mundo real”, finaliza.

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