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Comunicar el patrimonio. Entre la necesidad y los excesos

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El profesor René Payo en el Palacio del Condestable. FOTO: Manuel Castells
20/11/14 21:08 Fina Trèmols

La Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro de la Universidad de Navarra en su ciclo de conferencias "Patrimonio y Comunicación. Un marco de referencia" invitó el 19 de noviembre al Palacio del Condestable de Pamplona a René Payo Hernanz, vicerrector de la Universidad de Burgos, que habló sobre "Comunicar el patrimonio. Entre la necesidad y los excesos".

Comunicar el  patrimonio es una necesidad para identificarse con el pasado, con nuestros antepasados y se ha convertido en una disciplina académica cada vez más presente en los planes de estudio. René Payo explicó los distintos sistemas de comunicación: antes de la visita, para generar una necesidad y durante la misma. De hecho se podría decir que los centros de interpretación del patrimonio nacieron con este fin.

Para antes de la visita se cuenta con la publicidad tradicional en distintos soportes: prensa, vallas, banderolas en farolas, revistas y la cada vez más necesaria presencia en ferias internacionales, "en FITUR pesa tanto el sol y playa como el patrimonio", apuntó el profesor Payo, quien destacó también la importancia de las visitas virtuales a través de Internet que generan la necesidad y permiten un conocimiento profundo de ese bien patrimonial.

El profesor Payo se detuvo a comentar la profesión de los guías, "que tiene que reinventarse para  saber interactuar con el grupo. Habría que vincular la visita al concepto de taller, no sólo pensado para  niños o grupos escolares. Todos los elementos que nos acercan a una obra de arte: ya sea el papel, el guía, la audioguía o el código bidi pueden poner en peligro el gozo de la obra de arte en sí", aseguró.

Los centros de interpretación del patrimonio. ¿Museos sin piezas?

Junto a todos los recursos antes mencionados, en los años 2000 surgieron los centros de interpretación: "Se ha pasado de un patrimonio que valoraba el objeto bello, a la necesidad de comunicarlo e interpretarlo", prosiguió el profesor. "Se interpreta junto al propio bien contextualizando la pieza. Al visitante hay que explicárselo antes, no a la vez".

Puso de manifiesto los excesos urbanísticos que se han cometido también a este respecto, en algunos casos derivados por el efecto Guggenheim. "El rango del elemento a comunicar es muy importante, pero no  todo tiene la categoría suficiente para ser comunicado, aunque sí investigado, testado. Ha habido una burbuja en los centros de interpretación porque en  ocasiones se ha dado más importancia al centro que a la obra interpretada. No toda pared o trozo de muralla tiene que generar un centro de interpretación", concluyó.

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