Sus prácticas en 3P Biopharmaceuticals empezaron hace apenas unos 10 meses y, desde entonces, la pasión y curiosidad de Raúl González, graduado en Farmacia por la Universidad de Murcia, por todo lo relacionado con la Industria Farmacéutica no ha cesado. “El primer año del máster en Diseño Galénico y Fabricación en la Industria Farmacéutica (MDGFI) nos ofreció una visión global, así como todos los conceptos básicos para entender los problemas reales de las empresas”. En su caso, fue a través del desarrollo de una emulsión antibiótica para su uso por vía tópica, el desarrollo del método analítico para la cuantificación del principio activo y el establecimiento de un “casero” sistema de calidad. “Este reto me facilitó desarrollar un pensamiento crítico para comprender cualquier situación y proponer soluciones desde el minuto uno, desde que me incorporé en la empresa como becario”.

Actualmente, Raúl se encuentra en el departamento de Garantía de Calidad, dentro del área de Validaciones y Cualificaciones, “términos que no conocía hasta iniciar este Máster”, confiesa. En esta parte del departamento se encargan de asegurar que todos los equipos, métodos analíticos, instalaciones y servicios de la compañía funcionan de la manera esperada, al mismo tiempo que se documenta de forma apropiada para cumplir con la normativa.  “Es difícil definir lo que hacemos en el día a día, porque continuamente surgen nuevos retos y por ello, desde un inicio, fui consciente de que sería necesario un plan de formación personal que requeriría de esfuerzo para estar al día de las últimas tendencias y normativas. Leer guías o artículos de determinadas asociaciones relacionadas con la industria o escuchar las experiencias de otras personas son las principales fuentes de información que me ayudan a enfrentarme a las tareas de mi trabajo diario”, explica.

“Lo que más me ha sorprendido de la industria farmacéutica es la importancia de ciertas competencias personales como el trabajo en equipo, la comunicación y la planificación, ligado a la toma de decisiones correctas y ágiles que no comprometan la seguridad del paciente y, por ende, la seguridad del producto”, detalla Raúl. “Como farmacéutico, sigo considerándome un profesional sanitario e, independientemente en qué parte de la cadena esté situado, siempre tendré en mente que la salud del paciente es siempre la principal prioridad."