2014_09_15_ENF_conferencia-portillo

Más de 370 personas asistieron a las dos mesas redondas sobre Don Álvaro del Portillo, segundo Gran Canciller de la Universidad de Navarra (1975-1994), celebradas en la Facultad de Enfermería el pasado 10 y 11 de septiembre. Los actos, organizados por el centro anfitrión y la Clínica Universidad de Navarra para sus profesionales, contaron con las intervenciones de la enfermera Conchita Barrios y los doctores Jesús María Prieto y José Ángel Richter, quienes atendieron al próximo beato como enfermo y paciente.

Francisco Errasti, director de la Fundación para la Investigación Médica Aplicada, y Yolanda Cagigas, directora del Archivo General de la Universidad de Navarra, moderaron sendos días introduciendo las ponencias con un breve vídeo biográfico sobre Monseñor del Portillo y unas diapositivas para ilustrar algunas de sus iniciativas sociales y educativas. Entre ellas, el impulso de la creación del Centro de Investigación Médica Aplicada (Pamplona, España), el Centro Hospitalario Monkole (Kinshasa, República Democrática del Congo) o el Centro de Empresa y Tecnología Industrial (Cebú, Filipinas).

Después dieron paso a Conchita Barros quien contó sus múltiples vivencias con "el santo". En su intervención destacó que "todo el que conocía a Don Álvaro resaltaba que era una persona humilde, sencilla, con una alegría que desbordaba y con una paz que contagiaba". Los doctores Jesús María Prieto y José Ángel Richter testimoniaron la faceta humana e inquieta intelectualmente de Don Álvaro. El doctor Prieto remarcó su personalidad llana y sorprendente, "siempre echándose la culpa encima y disculpando a los demás. Una muestra de su gran comprensión, la forma más elevada de la caridad". El doctor Richter, relató varias anécdotas en las que el próximo beato mostraba su interés por los proyectos que la CUN tenía en marcha y "pedía que le mantuviera al día de los avances".  

Don Álvaro y la Enfermería

Respecto a la profesión de Enfermería, Barros señaló el empeño del segundo Gran Canciller por impulsar su profesionalización en varias partes del mundo. "La primera vez que me vio, estaba vestida de enfermera y me dijo: ‘¡Qué bonito es ser enfermera! Las enfermeras tienen que ser buenas personas e inteligentes, tiene que estudiar mucho'. Y con su empuje nacieron varias instituciones". Entre ellas, el Instituto Superior de Ciencias de la Enfermería, una escuela para enfermeras asociada al Centro Hospitalario Monkole, y la Universidad Campus Biomédico de Roma.

Como conclusión,  Barros recogió las palabras de sus compañeros de mesa y recordó dos mensajes que Álvaro del Portillo quiso transmitir a los profesionales sanitarios: "Que avanzáramos profesionalmente porque ‘No avanzar es retroceder', y que trabajáramos en equipo".