2013_11_14_segunda_educacion
"Formar a los jóvenes para que sean capaces de amar no es responsabilidad de los gobiernos, sino de los padres"
El catedrático Jokin de Irala, investigador del Instituto Cultura y Sociedad, hizo estas declaraciones en el marco del VI Congreso Internacional Provida Ecuador 2013
"Es responsabilidad de los padres, no de los gobiernos, formar a los jóvenes en temas de sexualidad y afectividad para que lleguen a ser adultos capaces de amar". Así lo expresó Jokin de Irala, investigador principal del proyecto ‘Educación de la afectividad y la sexualidad humana' del Instituto Cultura y Sociedad, en una entrevista a Aciprensa.
El experto hizo estas declaraciones en el marco del VI Congreso Internacional Provida Ecuador 2013, que reunió a más de 1.300 participantes de América y Europa del 8 al 10 de noviembre en Guayaquil.
El Dr. De Irala, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, aseguró que el Estado no puede sustituir a los padres en la preparación de los hijos sobre estas cuestiones. "Muchos no saben cómo abordar esta educación y no se sienten preparados, pero eso no significa que tengan que delegar en el gobierno su responsabilidad", expresó. "En ese caso, el papel de los gobernantes es facilitar las asociaciones civiles para formar a padres y madres para desempeñar esta labor".
El peligro de la desinformación
El especialista apuntó que hay diversos enfoques de la educación sexual: "Frente al eminentemente biológico, que supone dejarse llevar por los impulsos, nosotros proponemos una educación que concibe la sexualidad como una buena noticia, pero que concibe que su lugar apropiado es aquel en el que hay una garantía total de amor maduro y que es una preparación para amar".
Con respecto a la generalización del primero, advirtió de que no sólo se debe a una cuestión de ideología, sino que hay numerosos intereses económicos: "Se sabe que un joven que no ha desarrollado bien su carácter y que no tiene disciplina será muy consumista".
Por otra parte, se refirió a los problemas que genera la desinformación: "En algunos países no se utiliza el término ‘sexo seguro' porque se podría catalogar de publicidad engañosa, ya que es falso desde el punto de vista científico. Cuando los jóvenes lo escuchan, piensan que el preservativo les va a proteger –tanto como la abstención- de cualquier infección o un embarazo no deseado, cuando no es así. Como están desinformados, no son libres para decidir si tienen o no relaciones sexuales".