Proporcionar recursos a la población infantil para convertirse en agentes de salud. Este ha sido el principal objetivo de la actividad de aprendizaje-servicio promovida por los alumnos de tercero de Enfermería, a través del Aula Saludable de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra, en la que participaron 250 escolares de Educación Infantil, aula alternativa y UTE (unidad de transición) de los colegios Irabia-Izaga y Jesuitas.  

Durante los meses de marzo y abril, los escolares asistieron a tres talleres preparados previamente por los alumnos de la facultad, supervisados por la profesora Maider Belintxon. Estos talleres consistieron en la cura de heridas y preparación de un botiquín, conocimiento de técnicas de reanimación cardiopulmonar, y cómo hacer un buen manejo de las emociones. “La actividad fue muy dinámica y adecuada para sus 5 años. Estos temas son fundamentales en educación infantil porque, además de trabajar educación para la salud, están aprendiendo pequeñas estrategias para resolver problemas de su día a día, y trabajan su autonomía y responsabilidad, hacia sí mismos y hacia los demás”, comentó Elena Irisarri, profesora del colegio Irabia-Izaga. 

Para llevar a cabo la actividad, los estudiantes Pablo Tabuenca y Valentina Zabalza, líderes del proyecto, recibieron formación previa desde la asignatura de Atención de Enfermería en la Infancia y Adolescencia y también por parte de EqÜes Navarra. Gracias a ello, y mediante la formación por pares, pudieron trasladar los contenidos, la dinámica a llevar a cabo y los materiales a utilizar al resto de sus 65 compañeros que voluntariamente quisieron participar. Tras la realización de los talleres, todos ellos valoraron la gran capacidad de los más pequeños para aprender y desenvolverse en situaciones complejas. “Esta actividad nos ha roto los esquemas sobre los niños. Nos ha enseñado la gran capacidad que tienen, su inquietud por explorar, hacer y conocer”, explicó Pablo Tabuenca.

Niños, agentes de salud activos

Los futuros enfermeros y enfermeras deben de ser capaces de proporcionar las actitudes, habilidades y conocimientos necesarios a los niños para que sean agentes de salud, esta es una de las competencias que desarrollan en la carrera. “Con esta actividad se consigue un impacto muy relevante a dos niveles; por un lado, los estudiantes integran el contenido teórico y les hace conscientes de que deben adaptar su mirada para poder ofrecer a los niños un cuidado competente; y por otro lado, fomentamos que los niños y niñas obtengan más herramientas para incrementar su participación en salud”, comentó Maider Belintxon.

De esta manera, esta actividad permite dar a conocer a la sociedad los beneficios de formar a los más pequeños en primeros auxilios, y generar así una cultura de salud. “Uno de los principales beneficios para los niños es que conozcan los primeros auxilios y los pasos a seguir ante una emergencia. Desde el conocimiento del número 112 hasta la posición del cuerpo que deben poner ante una persona que se encuentra en el suelo inconsciente”, explicó una de las profesoras del colegio Jesuitas tras la realización de los talleres.