Un grupo de profesores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, integrados en la Cátedra Madera, ha creado una nueva herramienta para evaluar, en la fase anteproyecto y de una forma sencilla, las ventajas medioambientales del uso de la madera en los edificios. Se trata de un proyecto impulsado por ADEMAN en la marco de la estrategia de Gobierno de Navarra para la promoción de la madera dentro del tejido empresarial de la Comunidad Foral.

El trabajo ha sido desarrollado por los profesores e investigadores de la Escuela Purificación González, Joaquín Torres y Nerea Arriazu. Su objetivo -una vez que el usuario introduce una serie de datos en una tabla de excel eligiendo entre las distintas alternativas constructivas- consiste en generar una valoración inicial con las emisiones de CO2eq por metro cuadrado construido del uso de vivienda o de otros usos, tanto de cada sistema constructivo elegido como del global del edificio. Además, los valores de salida se comparan con dos edificios tipo: el de referencia de madera y el de construcción “estándar”.

El primero, el “edificio de referencia de madera”, utiliza la madera en todos los elementos constructivos posibles: estructura de pórticos de madera, revestimiento de fachadas ventiladas de tabla de madera; carpinterías de madera; aislamientos de fachada, cubierta y suelo en contacto con terreno o local calefactado, de fibra de madera; pavimentos de cuartos húmedos de cerámica y resto de los locales de parqué flotante multicapa; y revestimiento interior de pared de azulejo (cuartos húmedos) o de tablero de madera (resto de los locales).

En cambio, el edificio estándar de referencia recurre a los elementos más habituales en la forma de construir actual: estructura de hormigón, revestimiento de fachadas ventiladas de cerámica de gres porcelánico; carpinterías de aluminio con rotura de puente térmico; aislamiento de fachada, cubierta y suelo en contacto con terreno o local calefactado de lana mineral; pavimentos de cerámica o laminados; y revestimiento interior de azulejo o pintura.

Gases de infecto invernadero emitidos por los productos

Según detallan sus autores, la nueva herramienta “no persigue obtener el valor de la llamada huella de carbono de un edificio, sino establecer unos parámetros de referencia analizando aquellos elementos constructivos en los cuales resulta habitual el uso de madera, como es la estructura, el revestimiento de fachadas ventiladas, los revestimientos interiores de paredes, pavimentos, carpinterías y aislamientos”.

“Tampoco es un análisis del ciclo de vida de los productos al completo, sino que se centra en las primeras fases y en la evaluación de una única categoría de impacto de punto medio: la emisión de la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de los productos”, añaden los 3 expertos.

Para el diseño de la herramienta, los autores –profesores e investigadores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra- han utilizado diferentes bases de datos reconocidas y recursos como ICE Inventory of Carbon & Energy de la Universidad de Bath, documentación técnica de fabricantes, declaraciones ambientales de productos (DAP), junto con conocimientos propios.