Abierta, que mira al futuro, que tiene sensibilidad histórica y que admite la pluralidad ideológica. Así describió Asunción de la Iglesia, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Navarra, a la Constitución española en la víspera de su 41 aniversario. La abogada impartió una sesión titulada “Constitución y Democracia abierta” organizada por la asociación cultural Doble12 el 5 de diciembre en el Hotel Tres Reyes de Pamplona.

La abogada enumeró las bondades de la Constitución española, cuya aprobación fue “un acto revolucionario”, pues supuso una ruptura con el modelo de convivencia anterior del país. También destacó el carácter abierto del documento: “Se discutió todo”, explicó. “Se discutió si España sería una monarquía o una república, se discutieron las libertades individuales y los derechos fundamentales y se discutió la integración con Europa”.

La Constitución convirtió a España en una democracia abierta, un contraste frente a otras naciones europeas, como Alemania, que optaron por declararse democracias militantes después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, una de las consecuencias del sistema abierto es el problema de la gobernabilidad, ya que la libertad de ideologías también implica aceptar a aquéllas contrarias a la propia Constitución. De la Iglesia reconoció que actualmente la sociedad vive un momento de incertidumbre y de fragmentación política. Más que la sociedad líquida de Bauman, ella la denominó la “fase gaseosa de la sociedad”. 

A pesar de estas dificultades y de las críticas actuales que sufre la Constitución, de la Iglesia animó a los asistentes a recordar que, en sus 41 años, el documento ha superado momentos complicados. Nació en el año 1978 con el 87% de respaldo y ratificada por el voto de 25 millones de españoles. Vivió la integración europea en 1993. Superó la crisis económica de 2008 y, ahora, se enfrenta a la explosión de los populismos, las crisis política y la crisis de la monarquía. De la Iglesia apuntó algunos de los retos que la Constitución tendrá que superar: una recesión económica, una crisis europea y los problemas del secesionismo en España.

A pesar de la situación actual, de la Iglesia se mantiene optimista. Ella señaló que tras los conflictos, las instituciones y los órganos de gobierno se han mantenido en pie y que España, a pesar de las dificultades, sigue bien posicionada en índices mundiales de democracia y de Estado de Derecho. Después de todo, como explicó la profesora, gestionar a una democracia abierta era más complicado que gestionar una cerrada.

Citando las palabras de Antonio Spadaro, la abogada comparó a la Constitución con el mástil al que Ulises pidió ser atado para no ser seducido por el canto de las sirenas. “El derecho constitucional es la garantía de que llegamos a Ítaca”, dijo la abogada. “Este ata al poder y lo protege contra los cantos de sirenas”. Ante una sala repleta de oyentes, de la Iglesia concluyó la sesión con un buen augurio para el futuro: “Buen viaje a Ítaca y feliz día de la Constitución”.