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Edison Paul Tabra Ochoa, antiguo alumno de máster y Doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones por el Instituto Empresa y Humanismo ha publicado Ética y Solidaridad. Perspectivas históricas y normativas, en Globethics.net. El libro recoge parte de su Tesis Doctoral, Solidaridad y Gobierno Corporativo. Una mirada a los organismos internacionales, defendida en 2013.

La obra parte del concepto de solidaridad como fruto de las relaciones de reciprocidad e igualdad entre dos o más personas, cuyo objetivo es alcanzar un beneficio común que individualmente no podría conseguirse. El autor señala la utilidad de practicar la solidaridad, ya que garantiza el bien común. Se puede ejercer de manera directa, como una institución, o indirecta (a través de varios elementos externos, como la reciprocidad, la gratuidad, la cooperación, el bien común, la dignidad).

En el trabajo se analiza el concepto de solidaridad desde una perspectiva histórica, que parte de la antigüedad clásica y llega hasta nuestros días. Se recoge el criterio solidario de Aristóteles, Séneca, Tomás de Aquino, Hobbes, Kant, Comte, pero también el de la Escuela Solidarista Francesa o el de la Doctrina Social de la Iglesia.

A partir de esa observación empírica de la idea solidaria en la historia Tabra identifica dos perspectivas, una objetiva y otra subjetiva, y las integra en un nuevo concepto que puede ser utilizado en diversos ámbitos: el buen gobierno, la solidaridad propiamente dicha, la ética, etc. Ese nuevo concepto que se desarrolla en el libro es la solidaridad integral, cuya utilidad se plasma en realizar procesos solidarios efectivos, en concordancia con los principios de justicia, bien común y respeto a la dignidad del ser humano.

Hoy en día la solidaridad integral ejerce su influencia en distintas disciplinas humanas, en especial en la economía y las finanzas. El desarrollo de temas como la empresa solidaria y la responsabilidad empresarial demuestran que es necesario continuar estudiando vías para generar el bien común como consecuencia de la actuación de los  empresarios y el resto de agentes del mercado. La solidaridad integral es el mejor camino para ello, porque brinda los medios para un funcionamiento ideal del proceso productivo y una adecuada repartición de sus utilidades.