Publicador de contenidos

Volver 2018-10-01-EDU-libro-EDU

‘Hacer la Universidad en el espacio social’

Nuevo libro de Concepción Naval y Elena Arbués sobre el Aprendizaje Servicio

Descripcion de la imagen
FOTO: Manuel Castells
01/10/18 16:59 Esperanza Rodés

La decana de la Facultad de Educación y Psicología, Concepción Naval y la profesora y  directora del Máster Universitario de Profesorado, Elena Arbués son las editoras del nuevo elibro “Hacer la Universidad en el espacio social”, en el que participan investigadores y profesores de otras instituciones académicas.

¿Cuál es el objetivo del libro y qué puede encontrar el lector en él?

CN: En esta publicación mostramos algunas investigaciones y experiencias de diversos expertos, artífices en la implementación de esta metodología (profesorado, alumnado, socios comunitarios y otros beneficiarios). Somos conscientes de que la principal contribución de la universidad a la sociedad y a la economía seguirá siendo la formación de graduados altamente capacitados, con sentido crítico y responsables socialmente.

¿En qué consiste el Aprendizaje Servicio?

EA: El Aprendizaje Servicio parte de los siguientes elementos: servicio a la comunidad y transmisión de conocimientos, habilidades y actitudes a los estudiantes. Sin duda son elementos conocidos, pero al combinarlos dan como resultado una mayor efectividad educativa. No olvidemos que la cooperación, la reflexión y la responsabilidad cívica son conceptos claves en el aprendizaje-servicio.

¿Qué pasos debe dar un profesor que todavía no aplique la metodología aprendizaje-servicio? Y el que ya la conoce, ¿cómo puede mejorar en este ámbito?

EA: Para implementar un proyecto hay que empezar por: Establecer la colaboración entre instituciones, diseñar un  plan de acción, con objetivos de aprendizaje y de servicio, y la concreción de actuaciones que permitan a los alumnos abrirse a necesidades reales de la comunidad y analizar esa realidad. Después se implementará la puesta en marcha de dicho plan con la implicación real de los jóvenes y finalmente, la evaluación, con el fin de mejorar los resultados  y el programa, reforzando positivamente al alumnado.

¿A qué conclusiones llega el libro?  

CN: La principal idea que subyace es que los ciudadanos tenemos la responsabilidad de contribuir al bien común y al desarrollo de la sociedad y que, por lo tanto, la educación está unida necesariamente a la responsabilidad social. En este sentido, los fundamentos pedagógicos, sociales y éticos que caracterizan el aprendizaje-servicio hacen de él un medio adecuado para que los alumnos puedan involucrarse en actividades que favorecen en ellos el incremento de la sensibilidad social. Es decir, a implicarse y comprometerse más con la comunidad y el ejercicio de la responsabilidad ética que desde su futura profesión tendrán que ejercer.

¿Qué porcentaje (aproximado) de profesorado ha comenzado a aplicar esta metodología? ¿Cuál es la tendencia?

CN: En nuestra universidad son cada vez más los profesores que la están implementando. Inicialmente lo solicitaron 45 profesores. No podemos dar una cifra exacta, pero el sello ya está visible en aquellas asignaturas que utilizan esta metodología.

“Hacer la Universidad en el espacio social”. ¿En qué ámbitos desarrolla la Universidad su labor social?

CN: Desde el Grupo de Investigación Educación, Ciudadanía y Carácter (GIECC) estamos trabajando –en un esfuerzo de colaboración con universidades nacionales e internacionales-, para promover la introducción de programas que optimicen el rendimiento académico y mejoren las actitudes sociales y las destrezas cívicas de los estudiantes universitarios, aspectos clave para su inserción laboral. Entre ellos se encuentra el aprendizaje-servicio.

En la Universidad de Navarra contamos con el apoyo e impulso de las autoridades académicas, además de con tres recursos importantes que facilitan la realización de proyectos de aprendizaje-servicio: El Servicio de Carreras Profesionales, para el establecimiento de convenios de colaboración con los socios comunitarios; el Servicio de Calidad e Innovación, para el diseño e implementación de programas de formación. Y, Tantaka, un banco de tiempo solidario, que trata de poner tiempo de los integrantes de la comunidad universitaria a disposición de las organizaciones sociales.

¿Hacia dónde quiere llegar y cómo lo quiere conseguir?

CN: En el proyecto de cuyos resultados se nutre este libro, hemos trabajado para difundir esta metodología en nuestra comunidad universitaria, proporcionando información -a profesores, personal de administración y servicios, y estudiantes- de la investigación, filosofía que la sustenta y detección de prácticas potencialmente generadoras de proyectos de aprendizaje-servicio.

Ha sido una grata satisfacción encontrar buenas prácticas en todas las Facultades y Escuelas Superiores de la Universidad, sin excepción, y sobre todo profesorado con ilusión por conocer y participar de esta metodología activa y experiencial en beneficio del aprendizaje del alumnado.

¿De qué manera el aprendizaje-servicio desarrolla las competencias profesionales del alumnado que demanda el mercado laboral? ¿Qué competencias concretas desarrolla el alumno?

EA: Son abundantes los estudios realizados que señalan los beneficios de aplicar esta metodología en los estudiantes y en las comunidades donde se lleva a cabo. La evidencia de algunos de estos estudios, mostró una ganancia significativa en cinco áreas: actitudes hacia uno mismo, actitudes respecto a la escuela y el aprendizaje, compromiso cívico, actitudes y habilidades sociales y rendimiento académico. Destacan también la importancia de unir los programas de aprendizaje-servicio, para asegurar su beneficio, al currículum, dar la voz, la implicación en la comunidad y la reflexión.

Conviene atender también a los desafíos éticos que se encuentran al aplicar esta metodología. Se señala en el libro cómo el aprendizaje-servicio fomenta la exploración imaginativa y creativa de los individuos, abre los horizontes de profesores y estudiantes, al permitir el contacto entre diferentes grupos de personas, que de otro modo no sería posible. También subrayamos en esta perspectiva ética, cómo el aprendizaje-servicio ofrece oportunidades de conocer y reconocer problemas sociales diversos y necesidades reales de otros, incentivando el compromiso social.

¿Qué beneficios sacan las instituciones (empresas, entidades sociales) del aprendizaje-servicio?

EA: La participación e implicación del partenariado es decisiva para la implementación de la experiencia y su impacto en la sociedad. Sin duda la puesta en práctica de actividades de aprendizaje-servicio conlleva el potencial de contribuir a la conexión entre universidad y sociedad.

Confiamos seguir avanzando en el logro de un soporte que posibilite la búsqueda de organizaciones y entidades dispuestas a participar en este cometido educativo que añade valor a la preparación de los estudiantes y consolida una voluntad de acción social conjunta.

BUSCADOR NOTICIAS

BUSCADOR NOTICIAS

Desde

Hasta