El Museo Universidad de Navarra presenta este mes una renovada edición del ciclo Clásicos en el Museo, que Atalaya Teatro abre este viernes, a las 19:30 horas, con Elektra.25. La compañía, dirigida por Ricardo Iniesta, vuelve a subir a las tablas esta propuesta, 25 años después de montarla por primera vez e incorporando cambios e innovaciones que potencian el valor teatral de la que fuera una de las grandes puestas en escena del teatro español de las últimas décadas. Todavía quedan entradas a la venta (18 y 20 euros). 

Dentro de las actividades que acompañan a los eventos de Artes Escénicas y Música su director, Ricardo Iniesta, impartirá a las 18:00 una masterclass para acercar las claves del espectáculo y del trabajo realizado por la Compañía en torno a los clásicos. La entrada es gratuita previa retirada de invitación.

En palabras de Teresa Lasheras, directora de Artes Escénicas y Música del Museo, “el ciclo abre su mirada a los textos teatrales de todas las épocas para reflexionar sobre los elementos que nos permiten decir que una obra se ha convertido en un clásico y responder a preguntas como si se puede hacer más grande e inclusivo el canon, por qué esas obras siguen teniendo vigencia en el presente, qué pasa con ellas cuando cambian de contexto cultural o de época, cómo se trabaja con ellas desde el presente para ponerlas en escena... Toda puesta en escena es actual, contemporánea, pero no el punto de partida que suponen los textos clásicos, ese viaje entre textos y producciones teatrales es lo que el ciclo quiere mostrar al público”.

Asimismo, apunta la directora de Artes Escénicas y Música, el ciclo sigue vinculado a patrimonio teatral del Siglo de Oro, clave de la cultura en español, en cuyo ámbito la Universidad de Navarra es referencia internacional por el GRISO, el grupo de investigación del Siglo de Oro”. 

ELEKTRA DESDE EL SIGLO XXI

Elektra.25 parte de la obra de Sófocles y de la versión de Hugo von Hofmannsthal para la ópera de Strauss y, como explica Iniesta, la madurez de llevarla al escenario dos décadas y media después se ha visto reflejada en el espectáculo, que ha evolucionado notablemente: “El texto y los coros cantados, que hemos desarrollado e investigado mucho, priman tanto como la imagen y la acción física.

Varía, sobre todo, el trabajo del actor, pero también del texto. El único elemento que hemos dejado como referente es la bañera, la escenografía, tan sorprendente hace 25 años”. Sobre el coro, explica que no solo pone el espejo delante a los personajes, sino que también lanza los interrogantes y proclamas al público, al modo de la Grecia clásica. 

Así, el director apunta los cambios que han realizado sobre la visión de distintos personajes. “Se supone que es la venganza. Y esto también ha cambiado. En nuestra visión de hace 25 años Elektra y Orestes eran, entre comillas, los buenos. Pero aquí ha cambiado. Son seres vengativos y la espiral de venganza no lleva a buen puerto. No hay empatía ni interrogante en ellos mismos, son sanguinarios como sus propios padres. Y es Crisótemis quien introduce una tercera vía entre la venganza y la ejecución. También hemos variado la visión de Clitemnestra, que es víctima del patriarcado, de Agamenón, y esto es  nuevo también en nuestra visión. Este tema es muy actual”.

Sobre la exploración de los clásicos por parte de Atalaya Teatro, Iniesta recuerda que su primer trabajo fue precisamente en 1996, año en el que montaron Elektra, cuando la compañía llevaba 13 años de andadura. “En estos 25 años, han sido constantemente referencia nuestra y hemos aprendido muchísimo con los griegos, Shakespeare, Fernando de Rojas... Es un aprendizaje constante adentrarse en los clásicos y lo hacemos no solo en su palabra, que en todos ellos es muy importante, porque son grandes poetas, sino también buscando ahondar en el poderío de las imágenes y la acción física que plantean estos clásicos a la dramaturgia. Y nos interesa también mucho el contexto en el que se mueven y lo que suponen universalmente”, detalla. En este sentido, valora que “los clásicos son muy actuales y, cuanto más atrás nos vamos, más proyección tienen en el futuro”.

OTRAS PROPUESTAS

Dentro del ciclo, el Colectivo Állatok representará El animal de Hungría el 18 de febrero, a las 19:30 horas, un texto muy poco conocido de Lope de Vega digno de pertenecer al canon de sus obras más emblemáticas. La obra propone una versión femenina del mito del héroe salvaje, una historia de pasiones, traición y venganza a la que no le falta humor ni poesía. Entradas: 18 y 20 euros. Esta función también tiene  programado un encuentro con su director, Ernesto Arias a las 18 horas, con entrada libre previa retirada de invitación hasta completar aforo.

Como explica la directora de Artes Escénicas y Música del Museo, “el teatro griego y Siglo de Oro son dos de los referentes más importantes que tenemos en el teatro occidental y hemos querido empezar por ahí porque ambos tienen esa cualidad de ser fundantes, fundamentales. Por otro lado, Atalaya Teatro es una compañía andaluza que está a punto de cumplir 40 años trabajando con clásicos de todas las épocas con un lenguaje muy contemporáneo que lidera Ricardo Iniesta, mientras que el Colectivo Állatok es muy joven, un grupo de actores egresados de la RESAD que a partir de un taller de verso con Ernesto Arias deciden poner en marcha esta producción y se lanzan a una aventura con socios más experimentados que lo han hecho posible. Me parece interesante ver esa diversidad en las compañías para señalar lo importante que es combinar entusiasmo y juventud con experiencia para seguir avanzando”.

Junto al ciclo Clásicos en el Museo, el día 9 de febrero, a las 18:00, el Museo propone abordar los modos y criterios de actualización de los clásicos conversando con Ignacio García y Carlos Mata. La perspectiva académica y la artística se unen en esta conversación para dar cabida a distintas propuestas y enfoques.