Resumen: Más allá del debate acerca de las causas de la presente crisis económica, muchos se preguntan si, verdaderamente, la sociedad civil puede regularse a sí misma. Para responder a esta cuestión, sin embargo, es preciso analizar la naturaleza de dicha regulación. En esta tarea Hume constituye un punto de referencia inexcusable, pues en gran medida sus estudios sobre moral no persiguen otra cosa que mostrar la normatividad interna de un nuevo espacio de relaciones sociales, específicamente diverso de las relaciones familiares y políticas: el espacio de la sociedad civil. Según se desprende de los estudios recogidos en este volumen, la ciencia de la naturaleza humana, que Hume perseguía fundamentar en su Tratado, adopta la forma de una teoría de las instituciones, es decir, una teoría de la formación de espacios sociales diferenciados, cada uno con un propósito específico y definido mediante reglas igualmente específicas, cuya identificación y preservación tiene importancia no solo a la hora de proponer una teoría de la civilización, sino, más fundamentalmente, a la hora de garantizar el sentido humano del desarrollo social.