Resumen: Una democracia justa y social demanda un periodismo riguroso y sostenible. El desarrollo digital ha permitido ampliar el número de voces, pero no todas han contribuido a distribuir información rigurosa. Por este motivo, la confianza de los ciudadanos en el sistema político se ha deteriorado y, por ende, la calidad democrática. La Unión Europea es consciente de ello y financia investigaciones en busca de soluciones.