Resumen:
Resulta habitual que muchas cofradías penitenciales tengan como titular una imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Esta invocación puede resultar extraña, sobre todo en el campo teológico. ¿Se trata de una reviviscencia patripasiana? No lo parece. En el presente artículo se pretende fijar el momento histórico en el que comienza a utilizarse, el siglo XVII, rastreándola en los autores espirituales y en la oratoria sacra precedente y coetánea. Por último, se apuntan algunas líneas de interpretación de este peculiar título cristológico.