Resumen:
El soporte digital no ha cambiado la intensa apelación al espectador que sigue produciendo el cine. Es aquí en donde las propuestas de Bazin adquieren toda su actualidad, en su reivindicación de la ¿esencial objetividad¿ de la imagen fotográfica y de la singularidad del cine para ¿momificar el cambio¿. Objetividad y duración se presentan, pues, como rasgos cardinales de una comprensión realista del cine que continúa reclamando nuestra atención. El presente artículo busca abordar estas cuestiones en tres etapas, siguiendo el pensamiento de André Bazin y las posteriores elaboraciones que han aportado teóricos contemporáneos a partir de la obra baziniana. En primer lugar, analizaremos el proceso automático mediante el cual se genera la imagen fotográfica, que apunta a la centralidad del sujeto en la recepción del mismo. A continuación, vincularemos este proceso con el modo en que la imagen de registro propicia una credibilidad especial en lo representado. Y, finalmente, detallaremos la especificidad del cine respecto de la fotografía fija: su dimensión temporal ¿su duración¿ y el modo en que ésta actúa en el espectador.