Resumen:
La farmacia comunitaria está realizando una decidida apuesta
por la vertiente asistencial. Desde hace unos años se repiten,
desde distintos foros, las alusiones a este perfil de la profesión
farmacéutica. Así, en el año 2103 el recordado Francisco Martínez
reclamaba el interés de una especialidad en farmacia
asistencial1. Por su parte, en ese mismo año, Diego Marro
centraba su discurso de ingreso en la Academia de Farmacia
del Reino de Aragón2 en la ¿misión profesional del farmacéutico
asistencial¿. Por último, y para no ser más exhaustivo,
baste citar que Portalfarma, el portal del Consejo General de
Colegios Oficiales de Farmacéuticos, tiene una entrada dedicada
a la farmacia asistencial3. Es cierto que bajo el paraguas
de ¿farmacia asistencial¿ se engloban distintas visiones, desde
unas que aparentan tener claros los fines que persiguen a
otras que parecen identificar los medios con los fines. En cualquier
caso, lo que todas ellas comparten es la recolocación de
la profesión farmacéutica ante el paciente. Algo que, sin duda,
es apropiado y conveniente tanto para los profesionales como
para los pacientes.
Esta nueva situación de diálogo con el paciente, como bien indica
Jesús Aguilar, en el Informe Farmacia Asistencial, se sustenta
en el hecho de que ¿los pacientes necesitan y demandan
una Farmacia enfocada en el paciente¿4.
Partiendo de esta premisa, cabe preguntar si ese enfoque se
reduce a ofrecer más servicios a los pacientes o vas más allá,
y si también contempla el co