Resumen: El carácter de un maestro tiene un valor incalculable. Muchas personas podrían
afirmar que han tenido uno, o incluso varios, que les caló, les marcó en un sentido u otro, les
rescató de la ignorancia y orientó sus vidas, les escuchó o cuestiones por el estilo, en definitiva,
que consiguió resultados impagables. No se está afirmando que haya un carácter auténtico y
legítimo y otros espurios y fraudulentos, se está diciendo que hay maestros a los que se les encienden
los ojos cuando educan, porque eso forma parte de sus vidas, y otros que parecen no
otorgar demasiada importancia al arte de educar y lo reducen a un tipo de trámite. El mundo
de la educación necesita de los primeros y no de los segundos. en primer
lugar, a presentar razones para que el carácter sea parte de la formación universitaria que
reciben los futuros maestros, para que dicha formación sea más humanista, comprometida y
responsable con los valores de la democracia. En segundo lugar, se presentan
algunos obstáculos y posibilidades con las que se encuentra la formación del carácter
en la actual preparación de maestros, y se hace a partir de tres grandes pilares de la formación
universitaria: el profesorado, los contenidos académicos y la pedagogía universitaria.