Resumen:
Se reflexiona sobre la naturaleza del puente y las orillas desde una experiencia como traductor y ensayista. Para muchos, el puente ha dejado de ser un breve espacio por el que se transita, y casi ha pasado a constituir un territorio en sí. Como trasfondo, un mundo global ¿o glocal¿, de configuración acéfala y reticular, de isoglosas dispersas, donde convive la proliferación de jergas privadas en los foros de Internet con la homogeneización de los lenguajes públicos de los mass media; mundo poscolonial y en el que la sencilla y simétrica geopolítica de bloques es ya un recuerdo, mundo que nos obliga constantemente a digerir, verter, reproducir una abigarrada multitud de discursos formulados en otros idiomas