Asset Publisher

Back 08102025-FyL-visiones

Visiones: “Cooperación y desarrollo” o “Aislacionismo beligerante”

08/10/2025

Published in

Diario de Navarra

Beatriz Simón |

profesora del Departamento de Ciencia Política y Sociología

Ya lo decían los premios Nóbel de economía del 2025 en su último libro: la visión marcada por los líderes de un país es crucial para determinar el rumbo y destino de una sociedad. Así, la visión trumpista del mundo está poniendo a prueba la “Weltanschauung” europea. 

Una de las mayores lecciones que aprendimos tras las dos guerras mundiales es que la cooperación en las relaciones comerciales es fuente de riqueza para todos. Muestra clara de ello fue el plan Marshall, a través del cual Estados Unidos desembolsó más de doce mil quinientos millones de dólares para la reconstrucción de los países afectados por la guerra y especialmente Alemania. Merece la pena subrayar esto último: especialmente Alemania. Estados Unidos reconoció que la imposición de excesivas cargas sobre el enemigo tras la Gran Guerra había sido un error fatal. Error que solo generó impagos, división, rencor y, finalmente, una segunda guerra mundial. Por ello, la reacción en 1945 fue la contraria. En vez de oponerse al crecimiento de Alemania (tal como Francia pretendía de nuevo), Estados Unidos cooperó activamente para impulsar su desarrollo. Los resultados no se hicieron esperar: no solo avanzó Europa, y Alemania en concreto, sino también Estados Unidos, que se vio beneficiado por dicha forma de solidaridad. 

Desde la llegada de Trump al poder la visión americana ha cambiado. Por supuesto que un gobernante debe velar en primer lugar por sus ciudadanos, pero sin dejar de honrar las responsabilidades que, lo queramos o no, acompañan a una posición de privilegio entre las demás naciones. Bajo el lema “America first” el “nuevo” proteccionismo se presenta como el único camino posible. Un camino que, por lo demás, parece conducir de manera inexorable hacia la guerra. 

Sin embargo, no tiene por qué ser así. Existe otra visión. Otra forma de proyectar el futuro de las naciones. Es posible creer en la capacidad de negociación y cooperación entre los países. Esto implica, en primer lugar, reconocer la realidad del nuevo orden mundial. Vivimos en un mundo multipolar en el que ya no solo hay un poder hegemónico y en el que las naciones dominantes presentan manifiestas diferencias culturales. Pensar que dichas diferencias impiden el entendimiento es una falacia. Es, precisamente, en este punto donde empieza la siguiente tarea. El entendimiento es alcanzable, pero requiere la voluntad de las partes implicadas. Hemos de buscar nuevas formas de negociación entre los actores para construir la paz. La paz no se define como mera ausencia de guerra. La paz se construye a base de esfuerzo. Podríamos hablar de una verdadera “lucha” por la paz. 
Necesitamos líderes que abracen esta visión, que luchen por la paz. Que crean que es posible construir puentes entre civilizaciones tan distintas. Que abandonen la visión “me first against the world” y propongan un “me forward with everybody”. Esta visión no es una utopía. De hecho, era la visión implícita en el orden que quisimos promover tras la guerra. Y ahora también podemos intentar entendernos desde ya, o esperar a que las terribles consecuencias de un conflicto nos obliguen cooperar. 

Seamos creativos. Imaginemos. Imaginemos el mundo que queremos dejar en herencia a nuestros hijos. Alimentemos esa visión y, después, luchemos por construir un mundo acorde.