El artista José Ramón Anda ha cedido a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra una de sus obras: ‘Miracielo Segoviano’. Se trata de una escultura de más de tres metros de altura elaborada por Anda entre 2005 y 2007 con un tronco de plátano vacío. Esta obra llega a la Escuela para poner en valor la madera, con motivo de la Cátedra Madera Onesta de la Universidad.

‘Miracielo Segoviano’ forma parte de la colección del artista y, tras pasar un tiempo en el Museo San Telmo de San Sebastián, estará expuesta en la Escuela de Arquitectura durante los próximos tres años. A la inauguración asistieron la rectora de la Universidad, María Iraburu; el director de la Escuela, Carlos Naya; el artista y autor de la obra, José Ramón Anda; y la directora de Proyectos y Obras de Onesta, Marta Sánchez.

“La escultura recibe este nombre porque el árbol es segoviano. Además, el tronco se encuentra en posición invertida, con las raíces hacia arriba, para convertirlo en un ‘miracielo’. La idea del nombre proviene también de un recuerdo que tengo: hace años, al entrar en la provincia de Segovia, te recibía un cartel en el que ponía ‘Segovia, cielos incomparables’”, explicó José Ramón Anda. 

La rectora, María Iraburu, resaltó la belleza de preservar un árbol “sin vida” para darle cabida en un edificio en favor del medio ambiente. Por su parte, Carlos Naya aseguró que la madera “es el punto de unión entre la naturaleza, la sostenibilidad y la industrialización”.

Marta Sánchez, comentó: “Desde Onesta, decidimos patrocinar la Cátedra por nuestro compromiso de fomento de la madera no solo a nivel constructivo, sino también cultural y artístico. La escultura simboliza esa mirada al cielo, al futuro y a la sostenibilidad”.

‘Troncos huecos’

José Ramón Anda recordó cómo antes los árboles caídos de los bosques de Bakaiku se repartían entre los vecinos para obtener leña y cómo ahora se fomenta todavía más su rol en los ecosistemas, en los que se convierten en hogar para muchos seres vivos. Anda ha dado a muchos troncos huecos un papel importante en el mundo del arte. Precisamente, ‘Miracielo Segoviano’ pertenece a la serie ‘Troncos huecos’, fundamental en la trayectoria del artista. Las primeras obras datan del año 1996 y se prolongan hasta la actualidad. Tras un saneamiento responsable, reconstruye y reinterpreta los espacios interiores y exteriores. 

En concreto, de ‘Miracielo segoviano’ destaca la utilización del triángulo, el círculo y el cuadrado y las columnas pareadas creadas a partir del propio tronco. “Quería que fueran finas para que dejasen entrar a quien quisiera dentro del tronco y mostrar así otra perspectiva y para que, a su vez, permitiesen destacar más a la parte superior (la de las raíces)”, explicó Anda. “Elaborar estas obras requiere muchísima dedicación y es un placer que pueda exponerse en la Escuela”, añadió.