“El uso y la integración de la inteligencia artificial en la educación superior ha llevado a cuestionar los métodos educativos tradicionales y a plantear la necesidad de una transferencia de conocimiento diferente”. Así lo afirmó en la Universidad de Navarra la filóloga Cristina Aranda, cofundadora de las start ups Big Onion y MujeresTech, en el acto de apertura de FORUN, un congreso de estudiantes para estudiantes, que busca ser un espacio de reflexión y diálogo en torno a temas de actualidad.

La experta en inteligencia artificial se dirigió a los más de 200 asistentes sobre los retos que plantea la IA, su impacto en la vida de las personas, sus implicaciones éticas o jurídicas y el papel que juega el factor humano, entre otras cuestiones. Preguntada por el temor que el uso de la inteligencia artificial genera en la sociedad, Aranda subrayó que este tipo de herramientas ya forman parte de la vida de las personas (desde Google Maps, hasta las redes sociales), y argumentó que se debe aprender a reconocer su presencia y a utilizarla de una manera responsable. “Debemos asumir que la tecnología ha cambiado las reglas del juego, por lo que la educación y la actualización son clave para abrazarla sin miedo”, afirmó.  

"La inteligencia artificial necesita perfiles humanísticos"

Como explicó Aranda, “el 80% de los datos de las empresas y de las administraciones públicas son datos filológicos, son palabras”. Licenciada y doctora en Filología, fue cuando se formó en posicionamiento SEO (técnicas para mejorar el posicionamiento y visibilidad de un contenido en los principales navegadores) cuando descubrió la relación entre su formación lingüística y el sector tecnológico. 

Cristina Aranda aseguró que las personas formadas en el ámbito de las Humanidades pueden aportar mucho en este nuevo panorama: “Hay una relación muy estrecha entre la Filología y la Inteligencia Artificial; algo tan cotidiano como una búsqueda en Google se basa en palabras claves y redes léxico-semánticas, lo que subraya la importancia de la lingüística. La inteligencia artificial necesita perfiles humanísticos”, concluyó.