Resumen: En la coyuntura desarrollista (1960-1975) la televisión se convirtió en España en el medio publicitario por excelencia. De 250.000 aparatos en 1960 se pasó a 5.800.000 en 1970. Los anunciantes resultaron muy favorecidos por la publicidad televisiva, porque TVE, al ser un ente estatal, se encontraba obligado a proteger la industria nacional y a facilitar la publicidad de lo producido en España. Se protegió a las marcas españlas frente a las extranjeras, más potentes. La televisión fue un medio arrasador que transformó gustos y costumbres. El Estado pudo mantener la televisión porque la pagó la publicidad.