Emigración, urbanismo y arquitectura
en Huarte.
La familia Ros, Villa Teresa y Víctor Eusa
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Índice
PRESENTACIÓN
11
PRÓLOGO
15
INTRODUCCIÓN
27
CAPÍTULO I. EN TORNO AL FENÓMENO MIGRATORIO EN NAVARRA EN LOS SIGLOS XIX Y XX
37
Contrabandistas e indianos, protagonistas del cambio de siglo
41
Causas de la emigración navarra a Ultramar
43
Medidas de choque contra la emigración
46
Principales puntos de destino de los emigrantes navarros
52
Argentina, destino mayoritario de la emigración navarra
52
México, el peso de la tradición secular
56
Otros lugares de destino
63
Algunos huartearras en América y Filipinas
68
El recuerdo de Juan de Olloqui y Martín de Esnoz
68
Fermín Ipar, generoso benefactor de la villa
71
Sandalio Eugui y la epidemia de gripe de 1918
77
Joaquín Navarro: entre Huarte y Argentina
93
Otros indianos de nuestra villa
97
CAPÍTULO II. LA "AVENTURA FILIPINA" DE DOS HUARTEARRAS: FÉLIX Y JUAN ROS ARRAIZA
101
Huarte a finales del siglo XIX
105
Los abuelos paternos: Ciriaco Ros y Martina Lecumberri
108
Los padres: Alejandro Ros y Ramona Arraiza
117
Años de infancia y partida de Félix Ros a Filipinas
121
Entre Iloílo y Huarte: matrimonio de Félix Ros con Teresa Asurmendi
129
La trayectoria de Juan Ros en Filipinas
134
Regreso de Félix Ros a Navarra: Luces y sombras en la vida familiar
137
Actividad pública y fallecimiento de Félix Ros
142
CAPÍTULO III. EL DESARROLLO URBANÍSTICO DE HUARTE EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX
145
La construcción de Villa Teresa en el marco del desarrollo urbanístico de Huarte
149
El Ensanche Nuevo de Huarte
150
Urbanismo y obras públicas
155
Construcción de edificios públicos e institucionales
163
Las nuevas escuelas: Joaquín Zarranz y Domingo Áriz
163
El Colegio de las Madres Marianistas: Serapio Esparza
174
El convento de las Auxiliadoras: Joaquín de Yrízar y Tomás Arrarás
184
El parador de Don Carlos: Luis Felipe de Gaztelu
185
La arquitectura residencial privada
188
Normativa edificatoria del Ensanche Nuevo
188
Las primeras edificaciones
196
El chalet de Carlos Sarrasín: un proyecto de Javier Yárnoz Larrosa
197
Las viviendas de Oroz, Erro e Irigoyen
203
Proyectos del arquitecto Domingo Áriz Armendáriz
208
CAPÍTULO IV. LA CONSTRUCCIÓN DE VILLA TERESA POR VÍCTOR EUSA
215
La figura del arquitecto Víctor Eusa Razquin
219
La arquitectura residencial en la obra de Víctor Eusa
227
Víctor Eusa y la construcción de Villa Teresa
230
Configuración arquitectónica de Villa Teresa
235
Valoración de Villa Teresa en el marco de la arquitectura eusiana
243
Villa Teresa, sede de la Fundación Buldain
250
BIBLIOGRAFÍA
261
ÍNDICE ONOMÁSTICO
273
ÍNDICE DE LÁMINAS
287
ÁLBUM FOTOGRÁFICO
297
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Resumen
La reciente restauración del denominado “Chalet de Ros” o “Chalet del Filipino” –cuyo verdadero nombre es Villa Teresa-, para adaptarlo a su nueva función como sede de la Fundación Buldain, ha dado pie al presente estudio del profesor Javier Azanza que, con la colaboración de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, ha sido editado por el Ayuntamiento de Huarte.
Tres líneas argumentales, emigración, urbanismo y arquitectura, se entrecruzan en el discurrir de las páginas de este libro, siempre con la villa de Huarte, sus gentes y modos de vida de hace un siglo, como telón de fondo.
En el contexto general de la emigración navarra a ultramar en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX se encuentran diversos huartearras, entre ellos los hermanos Félix y Juan Ros, el primero de los cuales puso rumbo a Filipinas hacia 1912 para vincularse a diversas compañías tabaqueras y azucareras tanto en Manila como en Iloílo. A su regreso, Félix Ros encargó en 1938 a Víctor Eusa los planos de un chalet al que bautizó con el nombre de Villa Teresa en honor de su esposa, Teresa Asurmendi.
La construcción de Villa Teresa coincide con un momento en el que Huarte experimenta su primera expansión urbanística, debida al aumento demográfico favorecido por por la creación del eje periurbano Burlada-Villava-Huarte que dio muestras de gran vitalidad. La localidad desborda el tradicional casco histórico para abrirse a una nueva realidad urbanística con el desarrollo del denominado Ensanche Nuevo en el término de El Prado o Artadizelaia: diez manzanas en las que a partir de 1927 se levantaron edificios institucionales y particulares en cuyo diseño y ejecución figuran buena parte de los arquitectos navarros más destacados del momento, caso de Lino y Gerardo Plaza, Serapio Esparza, Domingo Áriz, Mariano Arteaga, Javier Yárnoz, Joaquín Zarranz, Luis Felipe de Gaztelu, Francisco Garraus y, por supuesto, Víctor Eusa.
Al igual que en la mayor parte de su producción, también en el chalet huartearra la recia personalidad de Eusa prevalece por encima de modas y tendencias, de manera que las posibles influencias universales quedan sometidas al sello original del autor. Pese a todo, su construcción coincide con un momento en el que el arquitecto pamplonés lleva a cabo un tímido acercamiento hacia el racionalismo arquitectónico, visible en la pureza de volúmenes o en la absidiola semicircular; y también se intuye cierta influencia pintoresquista con la combinación de diversos materiales, e incluso de la arquitectura organicista de Wright. Fiel a su concepción intregral del edificio, Eusa, no sólo se limitó a su diseño, sino que definió igualmente la rejería, ebanistería, azulejería y mobiliario original de su obra.
La labor de rehabilitación llevada a cabo entre 2003 y 2005 por los arquitectos Elena García Leránoz y Luis Manuel Fernández Salido para adaptarlo a su nueva función ha sabido leer e interpretar esta peculiaridad y se ha mostrado sumamente respetuosa con el espíritu que anima la obra eusiana. Villa Teresa se convierte así en el mejor marco para albergar la Fundación y el legado de un artista, Patxi Buldain, cuya producción artística asimila las corrientes de vanguardia para explorar un camino de expresión personal, en claro paralelismo con el propio Eusa.