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La pieza del mes de noviembre de 2025

LA BANDERA DE LA CIUDAD DE CASCANTE

Santiago Rueda Pascual
Presidente de la Asociación Amigos de Cascante “Vicus”

La vexilología es una disciplina auxiliar de la historia que se centra en el estudio de las banderas, estandartes, tafetanes, pendones y pabellones. Al abordar este breve estudio sobra la bandera de Cascante, nos encontramos con los problemas derivados de la escasez de fuentes. 

Del celtíbero Kaiskata y del romano Cascantvm, tan sólo puedo apuntar que los romanos usaban insignias de metal (totalmente rígidas) y de lana o cuero colgadas y que apenas ondeaban, siendo usadas sustancialmente en la identificación de los diferentes ejércitos y legiones. En la Edad Media las banderas eran más bien estandartes, tejidos pesados como lino o lana decorados con escudos de armas y estrictamente vinculados a la heráldica. 


Bandera actual de Cascante (año 2025). Foto Santiago Rueda

Entrando en la Edad Moderna, en el año 1541 consta la obligación del rey- pájaro y su séquito de acompañar la bandera o pendón cascantino cuando vayan a mugar los términos de esta villa. Pero nada nos informa de su color, ni de sus medidas. Nuestro más ilustre escritor cascantino, Fray Pedro Malón de Echaide, nada dice de la bandera de Cascante y su única alusión a banderas, la realiza a raíz de la defensa de la lengua española vulgar con la esperanza (también actual y compartida) de “que espero en la diligencia y buen cuidado de los celosos de la honra de España y en su buena industria que con el favor de Dios habemos de ver muy presto todas las cosas curiosas y graves escritas en nuestro vulgar, y la lengua española subida en su perfección, sin que tenga invidia a alguna de las del mundo y tan estendida cuanto lo están las banderas de España“

A lo largo de la Edad Moderna, las referencias a la bandera o pendón cascantino son constantes en tres aspectos.

En primer lugar hay que señalar la determinación de las mugas de la población. Anteriormente hemos aludido a la figura del rey-pájaro, pero los amojonamientos y el control de las mugas de la jurisdicción de la población era una tarea ciertamente habitual. En 1701 consta la inspección de mugas realizada por el regidor y el escribano de Cascante con los lugares de Tulebras, Lor, Pedriz, Utrante (Urzante) y Murchante. Las inspecciones y control de mugas eran realizadas por los Alamines (encargados y responsables de los riegos) todo ello con el fin de castigar a quienes transgredieran las normas y salir a castigar a los transgresores. En las mugas siempre había problemas, los ejemplos más habituales eran: mover los mojones, sembrar en terrenos del vecino, pasto de los rebaños de ganado menor o mayor en predios ajenos y un largo etcétera. Las mugaciones oficiales se realizaban cada tres años con asistencia de todo el concejo y los alamines, y a este acto oficial entre poblaciones vecinas, los concejos  acudirían con los correspondientes pendones de cada población.


Ayuntamiento con la bandera (año 1979). Colección de fotografías del Ayuntamiento de Cascante.

En segundo lugar figuran las talas por riegos ilegales. Obran en los archivos de Navarra en la sección de Tribunales Reales y en el archivo histórico de Cascante, más de una treintena de pleitos relacionados con los riegos. El problema de los derechos de aguas no es algo nuevo. Las talas por riegos ilegales era una condena por la utilización de aguas ilegales cuyo derecho correspondía a otra población. Cuando se acreditaba la infracción, la población perjudicada acudía a las fincas regadas con aguas usurpadas a fin de destruir las plantas y los frutos de dichas fincas. El concejo perjudicado salía a dichos campos, y en muchos casos una población entraba en la jurisdicción de otra población. En Cascante, en el año 1757, a Tudela se le impusieron para la realización de una tala las siguientes: “no lleven bara lebantada, Pendón tendido, ni trompeta ni clarín sonante”. En los libros de inventarios de Cascante del siglo XVIII aparece la siguiente referencia “una vandera de tafetán azul para salir a talar”. Esta cita es la primera que hemos encontrado haciendo alusión al color azul como referencia de la bandera de Cascante.

En tercer y último lugar figuran las proclamaciones de los reyes. Cada vez que se proclamaba un nuevo rey, se producían celebraciones en todas las poblaciones del Reino. Cascante no es ajena a ello, y tenemos reflejados los fastos por estos acontecimientos. Así figura con motivo de los nombramientos de Felipe V, Luis I y Fernando VI, Carlos III.  El ceremonial de la proclamación era el siguiente: En el balcón del Ayuntamiento se colocaba un retrato del nuevo rey bajo un lujoso dosel, y en otros seis lugares señalados de la ciudad se colocaban seis escudos con las armas reales y el de Cascante. A las tres de la tarde, el alcalde salía de la Casa del Ayuntamiento junto con el pendón levantado. Se colocaban frente al Ayuntamiento mirando al retrato colgado en la Casa Consistorial y con el pendón levantado el alcalde y los demás miembros de la Junta, los insaculados, el clero y todo el pueblo. El alcalde decía: “Navarra, Navarra, Navarra y esta nobilísima Ciudad de Cascante por el Rey y señor don (el nombre del rey con el número de Navarra y de Castilla), a quien Dios guarde muchos años. Viva, viva”, y todo el pueblo contestaba dando vivas y disparando escopetazos. Se realizaba un recorrido visitando los demás escudos y ante cada escudo se lanzaba la misma proclama. La proclamación terminaba a las ocho de la tarde, y tras ella comenzaban fuegos, hogueras, luminarias, cohetes y otras demostraciones. 


Traslado de la Virgen al lugar de la Coronación con estandartes y banderas. (año 1928). Foto cedida por José Melero al Ayuntamiento de Cascante

El pendón o bandera azul de Cascante se utilizaba también en otras muchas ocasiones, puesto que era y es un signo de identidad de la ciudad. En el año 1795 “se levantaron levas de hombres para la defensa de la frontera, publicándose dicha orden por todo el pueblo enarbolando la bandera azul de la ciudad, mientras todas las campanas sonaban a arrebato”.  Como podemos observar, la bandera siempre ha estado en los acontecimientos históricos. Uno de ellos fue la coronación canónica de la Virgen del Romero en el año 1928. Apenas tenemos imágenes de tan magno acontecimiento, pero hemos podido rescatar una foto en la que, al ser en blanco y negro, no podemos determinar cuál de todas las banderas corresponde a la bandera de Cascante, pero sí que se puede observar el uso de numerosos estandartes y banderas en dicho acto.

La bandera de Cascante precede desde hace muchos años en la subida a la Virgen del Romero a todo el Ayuntamiento junto con sus invitados el primer domingo de fiestas.  El segundo fin de semana de las fiestas patronales, en la procesión del Cristo de la Columna, recientemente incorporada a los actos de fiestas, la bandera también precede a la Corporación. 


Subida el primer domingo de fiestas a la Virgen del Romero (año 2021). Foto Archivo Municipal Cascante

En todos los eventos importantes civiles está presente la bandera de Cascante. Así el día de la fiesta local, el 25 de mayo fecha de santa Vicenta María, en las fiestas de la cruceta y en otras fechas o eventos de trascendencia local.

En la actualidad la bandera está colocada en la fachada del Ayuntamiento todos los días del año, junto con la de Navarra, la de España y la de la Unión Europea. 


Fachada de la casa consistorial (año 1930). Fotografía publicada por José Miguel Ruiz Maeztu en el libro “Cascante, historia y recuerdos en imágenes”.

Por mi parte, aventuro que la bandera actual de Cascante ha sido de color azul desde el comienzo de la Edad Moderna, con la referencia del rey-pájaro. No encuentro razón, ni documento en el que se haga alusión a cambios del color de la bandera, siendo el color azul inveterado. El color azul en la heráldica se asocia a nobleza, lealtad, justicia, verdad, sabiduría, luz divina. ¿Pudiera tener un origen mariano? Cierto es que la tonalidad azul utilizada en la bandera puede ser indicio de un origen mariano, pero dejo esta cuestión para que otros estudiosos e investigadores, a los que cedo mi humilde testigo, puedan descubrir más información.

A modo de colofón, si he observado que no se encuentra regulado el uso de la bandera. Pero aún más importante considero que con los medios de hoy en día, debiera de estar determinado de forma más concreta y exacta el color de la bandera de acuerdo con el catálogo de nombres y código de colores, y también la proporción de la bandera acorde al tamaño de la bandera. No me consta acuerdo municipal alguno al respecto, a pesar de haber indagado en ello. He observado en diferentes banderas escudos con el fondo igual que el de la bandera, y en otros casos un azul más oscuro e incluso otras tonalidades. Sería prudente que dos elementos tan importantes en la representación del municipio como la bandera y el escudo estuvieran homogeneizados en su uso para futuras generaciones.


Ayuntamiento de Cascante (año 2025). Foto Santiago Rueda

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Archivo Real y General de Navarra. Sección de Tribunales Reales
Archivo Parroquial de Cascante. Revista “El Romero” 
Archivo Histórico de Cascante. Libros de Inventarios, Actas y Pleitos
Archivo Municipal de Cascante: Programa de fiestas de 2014 
ARANDA RUIZ, A., Vestir la autoridad. Atributos de poder y representación municipal de Navarra, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2021.
ARELLANO, I., ALADRO, J. y MATA, C., Edición crítica de la Conversión de La Madalena, Instituto de Estudios Auriseculares. 2014, pp. 43 y 115
FERNÁNDEZ MARCO, J. I., Cascante, Ciudad de la Ribera. Tomo II Asociación Cultural Amigos de Cascante, Vicus, 2006  
HURTADO MAQUEDA, J., Vexilología medieval hispánica. El uso civil y militar de las banderas en la Edad Media, Ministerio de Defensa, 2023 
SANZ ARTIBUCILLA, J. M., La Ciudad de Cascante y su Virgen del Romero. Notas históricas, Tarazona, Tipográfica Martínez Moreno, 1928
SEGURA MONEO, J., Casas consistoriales de Navarra. Gobierno de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra. Departamento de Presidencia e Interior, 1988, p. 172
TARIFA CASTILLA, M. J., “La Casa de la villa de Cascante a la luz de la contratación y trazas del siglo XVI”, Revista del Centro de Estudios Merindad de Tudela (2016), pp. 7-64