aula_abierta_pieza_del_mes_2012_abril

La pieza del mes de abril de 2012

MARTIRIO DE SAN FERMÍN, DE JOSÉ JIMÉNEZ DONOSO
(CASA CONSISTORIAL DE PAMPLONA)

José Luis Molins Mugueta
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

En la planta noble de la Casa Consistorial de Pamplona se conserva el Martirio de San Fermín, óleo sobre lienzo, obra del pintor madrileño José Jiménez Donoso, adquirido por el Ayuntamiento en 1960 a la razón social de Madrid “Sucesores de Rodríguez y Jiménez, S.L.” en la cantidad de 60.000 ptas., de conformidad con su acuerdo plenario de aquel 13 de junio (1). En las gestiones mantenidas entre la casa de antigüdades vendedora y la Corporación adquirente, entonces presidida por el alcalde D. Miguel Javier Urmeneta, actuó como eficaz intermediario don José María de Huarte y de Jáuregui, marqués viudo de Valdeterrazo. Anduvieron rápidos el Consistorio y su agente, pues de la correspondencia mantenida se deduce el interés manifestado por la historiadora del Arte D.ª Maria Luisa Caturla -conocida experta en Zurbarán-, en la compra de la tela por parte del Museo del Prado. Precisamente ese año la señora Caturla fue nombrada vocal del Real Patronato de aquella pinacoteca (2). A finales de octubre de 1960, según informaba la prensa local, El Martirio de San Fermín, adquirido por el Ayuntamiento en junio, ya ocupaba lugar significado en la Casa Consistorial (3). 


El autor 
José Jiménez Donoso fue un destacado pintor y arquitecto barroco de la escuela madrileña, activo en la segunda mitad del siglo XVII. Nació en Consuegra (Toledo) hacia 1630 -las referencias oscilan entre 1628 y 1632-; hijo del también pintor Antonio Jiménez Donoso, de quien aprendería los rudimentos. En Madrid fue aprendiz de Francisco Fernández, a su vez discípulo de Vicente Carducho. Entre 1649 y 1650 Donoso marchó a Roma para ejercitarse en la pintura de perpectivas arquitectónicas, mediante el conocimiento del estilo de Pietro da Cortona, entre otros. De regreso a la Corte en 1657, completó sus estudios con Juan Carreño de Miranda, para aprender el uso de los colores, al decir de Palomino, su biógrafo. Fue colaborador frecuente de Claudio Coello, con quien realizó los frescos para la madrileña iglesia de Santa Cruz (1667-1668), los de la capilla de San Ignacio y de la sacristía del Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid, en 1673 (estos últimos, desaparecidos), así como los del vestuario de la Catedral de Toledo (1671-1673), con ajustadas perspectivas fingidas; y los de la Real Casa de la Panadería de Madrid (1673-1674). Por cierto, la reconstrucción de este edificio en la Plaza Mayor madrileña, a consecuencia del incendio acontecido en 1672, se debe a Donoso; y avala su doble condición de arquitecto y pintor -compartida con otros artistas coetáneos-, por lo demás, poco afortunado en la perduración de los varios edificios por él proyectados, que han llegado al presente significativamente reducidos en número. Uno de los mejores ejemplos del ilusionismo decorativo del momento lo constituye la decoración pictórica, al fresco y al temple, de la capilla del Milagro, en el Monasterio de las Descalzas Reales (1678): aunque en su mayor parte fue acometida por Francisco Ricci, hubo de contar con diferentes colaboradores, entre los que se incluye Donoso. Con Claudio Coello y el palentino Matías de Torres, José Donoso concibió la decoración para el cuarto de la reina María Luisa de Orleans, en el Alcázar de Madrid, obra perdida en 1734. 

José Jiménez Donoso fue también arquitecto y tracista de retablos para iglesias y conventos, que incluyeron cuadros de altar -lienzos al óleo-de su mano. Su labor como pintor de caballete se difundió en y, también, lejos de la Corte. El Museo de Bellas Artes de Valencia custodia dos lienzos datados en 1666, procedentes del convento de la Merced Calzada de aquella ciudad del Turia: La Fundación de la Orden Mercedaria y la Fundación de la Basílica de San Juan de Letrán. La Biblioteca Nacional conserva un dibujo previo que representa a San Francisco de Paula implorando a la Virgen, único vestigio hoy existente del retablo mayor de Nuestra Señora de la Victoria, de Madrid. El Prado alberga asimismo tres lienzos referentes a la vida de San Francisco de Paula, fundador de los Mínimos: San Francisco de Paula ahuyentando la peste, Visión de San Francisco de Paula,y Milagro de San Francisco de Paula; y existen además distintas versiones de su Inmaculada Concepción, tanto en España (Museo de Salamanca) como en el extranjero (New York Historical Society). Como retratista Donoso ha legado una única efigie, correspondiente a Don Juan José de Austria, tela realizada para la segoviana Cartuja del Paular en 1677 y hoy depositada por el Museo del Prado en la Biblioteca Museo Víctor Balaguer, de Villanueva y Geltrú.

Nombrado Director de Pinturas de la Catedral de Toledo en 1686 y su Maestro Mayor de Obras al año siguiente, José Jiménez Donoso murió en Madrid el 14 de septiembre de 1690. Fue enterrado en la desaparecida iglesia de San Luis Obispo, construida entre 1679 y 1689, que él mismo había proyectado.

Obra de Donoso en Navarra 
En Navarra se conserva obra de Jiménez Donoso en dos cenobios de benedictinas: el antiguo convento de la Encarnación, de Corella, hoy Museo de Arte Sacro; y el monasterio de Santa María Magdalena, de Alzuza. En el primer convento, por una parte se halla un lienzo que representa a la Virgen del Socorro -según la iconografía que para el tema había determinado Claudio Coello en 1681-, encajado “a posteriori” en un retablo costeado, ya en el segundo tercio del XVIII, por el marqués de Castelfuerte, virrey del Perú y conocido mecenas. Y por otra parte, en el mismo convento-museo corellano, el retablo colateral, dedicado a San Benito y Santa Escolástica y fechado en 1668, que aparece firmado por “Joseph Donoso” (4). Un retablo situado en el claustro del monasterio de benedictinas de Alzuza contiene dos cuadros de José Jiménez Donoso, pintados en 1687. Uno de los lienzos representa la Imposición de la casulla a San Ildefonso y el otro, a San Benito en éxtasis, contemplando a la Santísima Trinidad (5). 

El Martirio de San Fermín 
Sobre un lienzo de notables proporciones (230 x 138 cm.) Donoso compone de manera espléndida la escena de la ejecución del Santo, que tiene lugar sobre un patíbulo arquitectónico cuyo despiece de sillares marmóreos se aprecia. La plataforma es exenta, pues deja ver sendas parejas de espectadores, situados detrás y delante.


Martrio de San Fermín, de José Jiménez Donoso (1687)

Martrio de San Fermín, de José Jiménez Donoso (1687)
Casa Consistorial de Pamplona
(AMP, Fototeca)


Detalle del anterior, con la firma y fecha

Detalle del anterior, con la firma y fecha
 

El cuerpo del reo, arrodillado sobre un paralelogramo de madera que contribuye a acentuar el punto de vista bajo y la proyección de las arquitecturas de fondo elegidos por el pintor, ofrece sin resistencia la garganta al cuchillo del verdugo. Los eslabones de una cadena, -que parece sujetar el tobillo de la víctima, tras el borde del alba-, en lo distendido de su trazado curvo manifiestan su innecesaria función. Sobre la madera se aprecia una inscripción con las letras capitales D.O.N. y el número 87, correspondientes al apellido del pintor y al año en que ejecutó el lienzo, 1687. Plenamente barroca, la composición se articula en distintas diagonales abiertas. Cabe destacar la línea teórica que enlaza el brazo y el cuchillo del ejecutor con la mirada del personaje encargado de supervisar el suplicio, que en un gesto instintivo de su mano, semiocultando el rostro, acentúa el patetismo del momento. Las manos abiertas del Obispo trazan una paralela que intensifica la recta descrita, al igual que hace, más abajo, el revoloteo carmín de la capa pluvial. El astil de lanza o bengala de autoridad del personaje situado a la derecha apunta a una inscripción escrita en latín, con caracteres capitales que dice: PRA(E)SULIS EN CAPUT, FERMINI PAMPILONENSIS (“He aquí la cabeza del Obispo, el pamplonés Fermín”). Sobre un cielo azul, con celajes de nubes propios de la escuela madrileña, dos ángeles se disponen a otorgar a Fermín la corona y la palma del martirio: sus cuerpos, graduados en altura, también intensifican las diagonales antes analizadas, ahora cruzadas por otra que, desde la palma hacia abajo, enlaza con la mitra y cuerpo del mártir. De todo ello resulta el realce de la juvenil cabeza, levemente barbada, que además está nimbada de blanco. El contemplador del lienzo se ve integrado en la escena, que de algún modo se le abalanza encima como consecuencia del uso del punto de vista bajo, la perspectiva “de la rana”, tan del gusto de la escuela veneciana; y por la proyección curva de la magnífica arquitectura del fondo, intensificada, como por la proa de un barco, por el vértice invasivo del cajón de madera. Las figuras cortadas a izquierda y derecha, de frente o espaldas, sorprendidas como por un enfoque fotográfico, proporcionan la sensación vivaz de una instantánea. El tema se presenta en público, a plena luz del día, con intenso colorido y estudiado juego de luces y sombras. en forma de abanico.


Decapitacion de San Fermín. Catedral de Amiens, trasaltar (1490-1530)

Decapitacion de San Fermín. Catedral de Amiens, trasaltar (1490-1530)
 

Conviene relacionar este Martirio de San Fermín, pintado por Jiménez Donoso en 1687, con otro San Fermín realizado dos años antes, en 1685, para la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, por encargo devocional del navarro José Aguerri, secretario del rey, y de su hijo Félix, vizconde de Torrecilla Peñatajada. Esta tela coincide en el tiempo con el traslado de la piadosa entidad a su nueva sede, el convento de trinitarios de la madrileña calle Atocha (6). El lienzo, también de notables proporciones (208 x 165 cm.), se conserva actualmente en el domicilio congregacional de Eduardo Dato, 10, tras algunas vicisitudes. Presenta al santo titular como intercesor, en imagen de culto, ya alcanzada la gloria inmediatamente después del martirio, cuya escena se esboza en la penumbra del angulo inferior derecho (7). Son muchas las coincidencias estéticas y técnicas que a simple vista se observan en ambos cuadros, incluso en mínimos detalles. Pero sobre todo parece imprescindible resaltar las concomitancias en la representación del martirio, asunto principal en el lienzo del consistorio pamplonés; y detalle abocetado, en la composición matritense.

En ambos casos coincide la elección del plano arquitectónico elevado como soporte de la dramática escena: sea plinto o sea graderío, recrecidos uno u otro con un paralelogramo de madera. Coincide la postura del mártir, la inminencia de la ejecución, la aproximación del verdugo por detrás -con ánimo de degollar, no de decapitar-así como la contrapuesta figura situada a la derecha, que en un supuesto porta un hachón en la mano, imprescindible elemento para iluminar el episodio, que sucede de noche, en una lóbrega mazmorra. En las dos ocasiones San Fermín recibe de lo alto la inmarcesible corona del martirio.

San Fermín, de José Jiménez Donoso (1685)

San Fermín, de José Jiménez Donoso (1685)
Real Congregación de San Fermín de los Navarros, Madrid

 

Cabe hacer un par de precisiones respecto a la iconografía. Tradicionalmente la ejecución de San Fermín se ha representado mediante decapitación. Así aparece, por ejemplo, en el conjunto escultórico de relieves situados en el trascoro de la catedral de Amiens, (lado de la epístola), sede episcopal y martirial del obispo pamplonés, realizados en la fase final del gótico, entre 1490 y 1530. Muchos ejemplos aducibles en escultura, pintura, orfebrería y vidrieras plasman esta tradición, avalada por testimonios documentales o literarios, al margen de su intrínseco valor histórico. Respecto al escenario y hora el martirio se ha considerado como ocurrido de noche -con la agravante de nocturnidad, que alegarían los profesionales del Derecho-y en la soledad de una mazmorra.

Martirio de San Fermín (Detalle del anterior)

Martirio de San Fermín (Detalle del anterior)
 

El jesuita Miguel José Maceda publicó en 1798 las Actas sinceras referidas a los santos Saturnino, Honesto y Fermín. Por lo que respecta a san Fermín dice haber consultado dos manuscritos de Amiens y Amberes cotejados por los bolandistas con otros seis y con la edición de Bosquet (8). En resumen, el texto latino del P. Maceda viene a decir que: Interrogado Fermín por el gobernador Sebastián, quien, instancias de los sacerdotes del culto romano oficial, se ha personado en Amiens desde Treveris, el obispo responde públicamente a las acusaciones ante la admiración y simpatía del pueblo. Temeroso Sebastián de una posible reacción popular en favor del prelado, decide con disimulo dejarlo libre, a la vez que ordena secretamente a los soldados que, llegada la noche, lo apresen y encarcelen. Así se hace, en cumplimiento del mandato, quedando recluído el pamplonés en un calabozo de la lóbrega cárcel (9). Durante la noche siguiente, mientras el pueblo de Amiens se ha entregado al sueño, observa Fermín la presencia de gente armada en la cárcel y, considerando inminente su muerte violenta, se prepara con preces de fe y aceptación gustosa. Terminada la cual, uno de los soldados desenvaina la espada y sin miramiento alguno descarga el arma sobre la cerviz del mártir (10). 

Notas:
1. Archivo Municipal de Pamplona (AMP), Actas Pleno, Libro 33, pp. 9 y 10; sesión 13-junio-1960.
2. AMP, Secc. Central. Ayuntamiento-Acuerdos, 1960; expte. 133.
3. “NOTAS DEL REPORTER.-En el vestíbulo del piso principal del Ayuntamiento ha sido colocado el magnífico cuadro de San Fermín adquirido en Madrid por la Corporación. Se trata de un antiguo lienzo de indudable mérito pintado por el afamado artista Donoso, discípulo de Veronés, que representa el martirio de nuestro glorioso Patrón. Es el mejor adorno de nuestra Casa Consistorial” (Diario de Navarra, 25-octubre-1960, pág. 9)
4. GARCÍA-GAINZA, M.C. y OTROS, (1980) pp. 130-132. 
5. GARCÍA-GAINZA, M.C. y OTROS, (1992) pp. 168 y170.
6. ORBE SIVATTE, A. y ANDUEZA UNANUA, P., (2004) pp. 71-72. GARCÍA GAÍNZA, M.C., (2005), pp. 117 y 127. 
7. Fermín, a la par que muere confesando a la Santa Trinidad, es simultáneamente coronado con gloria en el Cielo: “Sicque Martyr Domini est in confessione sanctae Trinitatis effectus, et in coelis gloriose coronatus” (MACEDA, Miguel Joseph de, (1798), p. 303).
8. MACEDA, Miguel Joseph de, ACTAS SINCERAS/ NUEVAMENTE DESCUBIERTAS/ DE LOS SANTOS/ SATURNINO, HONESTO Y FERMIN, APOSTOLES DE LA ANTIGUA VASCONIA/ (HOY NAVARRA Y SUS VECINDADES)/ por las quales se pone en claro el tiempo/ en que floreciéron, y el Obispado/ de San Fermin. Madrid: Imprenta Real, 1798. (Entre las páginas 277 y 306 reproduce las ACTAS DE SAN FERMIN/ PUBLICADAS POR BOSQUET Y LOS BOLANDISTAS. Así como la VITA SANCTI FIRMINI. Ex duobus ms. Ambianensi, et An-/tuerpiensi collatis à Bolandinis cum/ sex alii, et cum editione/ Bosqueti).
9. “milites, nimia cum severitate, prout eis jussum fuerat, eum improvise comprehenderunt et comprehensum ad carcerem usque perduxerunt”... “Cumque inter eorumdem manus, divino insignitus auspicio, Christum Dei Filium pro eorum viva voce non cessaret laudare, concite eum in ergastulo obscurissimi carceris retrudentes, signatoque hostio, adhibitis custodibus, abierunt.”(MACEDA, Miguel Joseph (1798), p. 302).
10. “Nocte vero sequenti cum plebs Somonobrica sese sopori dedisset, ensiferi assunt milites, parati sui nequissimi Praesidis jussa patrare”. (MACEDA, Miguel Joseph (1798), pp. 302-303). Tras la plegaria, la muerte: “His itaque dictis, unus militum impiissimo evaginato gladio, sanctam non timuit ferire cervicem” (MACEDA, Miguel Joseph (1798), p. 303). 


BIBLIOGRAFÍA
-ARRAIZA, Jesús, San Fermín Patrono, Col. “Breve Temas Pamploneses”, 13. Pamplona: Ayuntamiento de Pamplona, 1989.
-GARCÍA-GAINZA, María Concepción y OTROS, Catálogo Monumental de Navarra I. Merindad de Tudela. Pamplona: Institución “Príncipe de Viana”, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1980.
-GARCÍA-GAINZA, María Concepción y OTROS, Catálogo Monumental de Navarra IV**. Merindad de Sangüesa. Pamplona: Institución “Príncipe de Viana”, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1992.
-GARCÍA-GAÍNZA, María Concepción, “La Real Congregación de San Fermín de los Navarros. Devoción y encargos artísticos”, en Juan de Goyeneche y el triunfo de los navarros en la Monarquía Hispánica del siglo XVIII, Pamplona, Caja Navarra, 2005.
-GOÑI GAZTAMBIDE, José, Historia de los Obispos de Pamplona.I. Siglos IV-XIII.Pamplona: EUNSA-Institución “Príncipe de Viana”, 1979, pp.31-33.
-MACEDA, Miguel Joseph de, ACTAS SINCERAS/ NUEVAMENTE DESCUBIERTAS/ DE LOS SANTOS/ SATURNINO, HONESTO Y FERMIN, APOSTOLES DE LA ANTIGUA VASCONIA/ (HOY NAVARRA Y SUS VECINDADES)/ por las quales se pone en claro el tiempo/ en que floreciéron, y el Obispado/ de San Fermin. Madrid: Imprenta Real, 1798. (Entre las páginas 277 y 306 reproduce las ACTAS DE SAN FERMIN/ PUBLICADAS POR BOSQUET Y LOS BOLANDISTAS. Así como la VITA SANCTI FIRMINI. Ex duobus ms. Ambianensi, et An-/tuerpiensi collatis à Bolandinis cum/ sex alii, et cum editione/ Bosqueti)
-ORBE SIVATTE, Asunción y ANDUEZA UNANUA, Pilar, San Fermín de los Navarros en Madrid. Historia y Arte. Madrid, Real Congregación de San Fermín de los Navarros, 2004; pp. 71-72.