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3 de octubre de 2014

Ciclo de conferencias

RUTA DEL RENACIMIENTO DE NAVARRA

El Patrimonio cultural del Renacimiento en Mendigorría

D. Ignacio Miguéliz Valcarlos
Cátedra de Patrimonio y Arte navarro

La huella del Renacimiento en Mendigorría está marcada por tres hitos principales: la construcción de la iglesia de San Pedro, la de su retablo mayor, y la del retablo mayor de la iglesia de Santa María. Junto a estas tras grandes obras nos encontramos otras piezas como los retablos de Nuestra Señora del Rosario y del Cristo resucitado, o las imágenes de San Sebastián, San Juan o Santiago.

La muestra más temprana del nuevo estilo va a estar representado por el retablo mayor de la iglesia de Santa María, obra del maestro Terín y del pintor Diego Polo. Realizada bajo el patronazgo de Juan de Eguía, esta pieza no fue creada para esta iglesia, sino que se trasladó desde la del convento de la Merced de Estella. Articulado por medio de banco y dos cuerpos de cinco calles, y ático, presenta una rica iconografía centrada en la vida de la Virgen, acompañadas en el banco por los cuatro Evangelistas enmarcando el Descendimiento en el Sagrario, mientras que en el primer cuerpo se distribuyen la Presentación en el Templo, la Huida a Egipto, la Matanza de los Inocentes y Jesús entre los doctores, y en el segundo la Anunciación, la Visitación, la Natividad y la Adoración de los Reyes, rematada por el Padre eterno en el ático.
 

Retablo mayor de la iglesia de Santa María, originario del convento de la Merced de Estella

Retablo mayor de la iglesia de Santa María, originario del convento de la Merced de Estella
(Foto: Andoni San Juan)


En relación a la iglesia de San Pedro, que sufrió importantes transformaciones durante los siglos XVIII y XIX, que alteraron la fisionomía de la misma, hay que poner a los canteros Diego de Areso, Juan de Areso y Juan de Mazquiarán, que se encargaron de levantar el templo entre 1540 y 1601, y a Antonio de Arocechea y Juan de Aguirre, que fueron quienes terminaron la construcción de la torre y el coro, totalmente transformados en época barroca. En dicho momento también se modificó la portada, que se adaptó a la nueva fachada dieciochesca, manteniéndose la estructura de portada retablo pero con un nuevo lenguaje barroco, en la que se aprovecharon las esculturas realizadas en 1559 por el escultor Juan de Oberón en 1559, con las representaciones de San Pedro, San Pablo y San Andrés, acompañados por la Templanza, la Caridad y la Justicia, así como cabezas de ángeles y sendos atlantes.

Finalmente, el retablo mayor de la iglesia de San Pedro, obra de Bernabé Imberto, realizada entre 1594 y 1610, supone uno de los mejores ejemplos de escultura romanista de Navarra. Siguiendo los modelos de Juan de Anchieta, nos encontramos ante un retablo de líneas verticales, compuesto por cajas cuadradas que se distribuyen en banco, dos cuerpos, con sendos entrecuerpos, más ático, todo ello dividido en cinco calles. En el banco se distribuyen escenas de la Pasión de Cristo: la Última cena, el Lavatorio, la Oración en el huerto y el Prendimiento, en torno a un rico Sagrario con figuras alegóricas de las Virtudes y las escenas relacionadas con la Eucaristía y la Pasión de Cristo: la Resurrección, la Bajada de Cristo al limbo, el Descendimiento, la Verónica, la Flagelación, el Sacrificio de Isaac, Abraham e Isaac camino del monte Moria, Abraham y Melquisedec y Abraham y Abimelec. En el primer cuerpo temas relacionados con San Pedro, titular de la parroquia, en los laterales la Entrega de las llaves y la Crucifixión, y en el centro la figura sedente del primer papa enmarcado por las de San Pablo y San Andrés, con sus respectivos martirios sobre ellos, mientras que en el primer entrecuerpo se distribuyen los Padres de la iglesia y santas. En el segundo cuerpo se sitúan escenas de la vida de la Virgen, con la Asunción en la calle central enmarcada por dos Santas mártires, y la Anunciación y la Visitación en los laterales, y en el entrecuerpo profetas y virtudes con San Esteban y un Santo diácono en los extremos. Mientras que en el ático se sitúa el Calvario, Cristo crucificado entre la Virgen y San Juan, y a los lados las figuras de Moisés y David.


Retablo mayor de la parroquia de San Pedro Obra romanista de Bernabé Imberto (1594 y 1610)

Retablo mayor de la parroquia de San Pedro
Obra romanista de Bernabé Imberto (1594 y 1610)
(Foto: Andoni San Juan)