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18 de febrero de 2009

Ciclo de conferencias

CASAS SEÑORIALES Y PALACIOS DE NAVARRA

Casa y posición social. La arquitectura y su significado social

Dña. Letizia Arbeteta Mira
Museo de América


En esta conferencia, que sirvió de introducción al curso, se presentaron algunas de las características específicas de los castillos, palacios y casas señoriales españolas - entendiendo como tales la morada de gentes pertenecientes a los distintos rangos nobiliarios y de las clases altas - a lo largo de los periodos más recientes de la Historia.

Estas creaciones, por su riqueza, variedad y originalidad no son, en la mayoría de los casos, ajenas a la Historia del Arte, sino que forman parte destacada del mismo.

La relativa precariedad y la falta de una protección adecuada han conseguido que estos valiosos elementos sean susceptibles a la destrucción o transformación radical, no reversible, con pérdida de todos o parte de sus valores histórico-artísticos, algo que es preciso frenar creando una nueva sensibilidad social que demande la protección efectiva, por parte de los poderes públicos, de estos edificios singulares que, día a adía, merman en número.

Durante la Edad Media reflejan la condición peninsular de lugar fronterizo, propicio a las invasiones, con la presencia de potentes muros y torres, que dotan de aspecto defensivo a muchas viviendas, combinando así la función defensiva con las necesidades básicas de la habitación. Sin apenas vanos al exterior, se erigen imponentes, a veces casi inexpugnables, preparadas para el estado de sitio o la resistencia prolongada en lugares que suelen ser de difícil acceso. Las torres, en ocasiones, se prolongan hacia lo alto, proclamando la pujanza de ciertas familias, como sucede en Segovia o Cáceres, mientras que, andando el tiempo, servirán principalmente de vigilancia y oteo, como sucede con las torres- mirador de Cádiz, vinculadas a la Flota de Indias y al comercio de ultramar.
 

Patio en Carmona

Patio en Carmona
 

No es hasta finales de la Edad Media cuando, gracias a una mayor estabilidad política y por influjo del Renacimiento italiano, que los castillos comienzan a transformarse en palacios, abriendo vanos y logias, creando nuevos cuerpos, ornamentando las fachadas y ampliando los exiguos jardines. El patio, al que se accede por un zaguán, deja de ser una explanada mediante la que se ingresaba a las viviendas y dependencias y se convierte en la articulación central, sustituyendo, en la tradición española, al hall o espacio de entrada en la casa. Si bien no todas las casas peninsulares tienen patio (y éste presenta diferentes tamaños y soluciones), todas tienen una escalera acorde con la importancia del inmueble, escalera que permite acceder a la planta noble o primera planta, lugar donde suelen disponerse las salas de aparato, las cocinas, gabinetes, dormitorio principal y, si acaso, el oratorio, entre otros espacios. Las plantas superiores quedan reservadas a familiares, infancia y servidumbre, además de emplear las zonas bajo cubierta como secaderos, almacén de grano, desvanes o trasteros.

Los jardines y otras dependencias, como bodegas, caballerizas o almacenes son también analizados, lo que incluye edificaciones anexas, capillas, torres exentas, casas secundarias, cobertizos, etc.

Ciertos elementos dotan de personalidad a estos edificios, desde rejería hasta solería, carpintería de ventanas, puertas y techumbres, revestimientos cerámicos, decoraciones como la pintura o el esgrafiado, la presencia de elementos escultóricos etc., sin que falten distintivos que personalizan las edificaciones, elementos heráldicos o simbólicos, - escudos, piedras armeras, inscripciones tales como divisas o empresas - devocionales o históricos, caso de las fechas de construcción, nombres y otras circunstancias reseñadas, etc.
 

Palacio Marqués de Cerralbo

Palacio Marqués de Cerralbo. Ciudad Rodrigo
 

Los ejemplos que se aportaron proceden de todos los rincones de España, con ejemplos significativos y tan conocidos como la Casa de Pilatos, el Palacio de las Dueñas, la casa de la Condesa de Lebrija, la casa Arizón, la Alhambra, los Alcázares sevillanos o el Palacio del Marqués de Viana en Andalucía, además de ejemplos en Jerez de la Frontera o Úbeda; los palacios reales de Valladolid o Valencia, el Palacio del Infantado en Guadalajara, el Real Alcázar y subsiguiente Palacio Real en Madrid, así como otros Reales Sitios; el Monasterio de El Escorial; algunos pazos gallegos y casonas santanderinas; casas nobiliarias de Cáceres, catalanas, de la Trasnavarra, etc. En definitiva, todo un recorrido por la edificación civil histórica.
 

El ciprés como elemento definitorio del pazo

El ciprés como elemento definitorio del pazo