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6 de noviembre de 2007

Ciclo de conferencias

NUEVAS MIRADAS SOBRE LA CATEDRAL DE PAMPLONA

Nuevos tiempos y nuevas necesidades de culto. 
El humanismo y la contrarreforma

Dª Concepción García Gainza.
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

La Catedral de Pamplona inicia el siglo XVI con la terminación de su fábrica al finalizarse ahora su cabecera. Desde este momento y a lo largo del Quinientos la catedral comenzará a vestirse de muebles litúrgicos como la sillería del coro, rejas, campanas, imágenes y retablos que van a lucir, abandonado ya el Gótico, el nuevo estilo que había nacido en Italia, el Renacimiento. Un nuevo estilo que recuperaba la Antigüedad griega y romana, que da lugar a una nueva cultura, la del Humanismo. Basada en los textos clásicos, en la mitología, sus artes mostrarán un interés preferente por la arquitectura y los órdenes clásicos, que se conocen a través de tratadistas, y también en las proporciones y en la armonía del cuerpo humano, preferentemente el desnudo.

Obispos, priores, dignidades de la catedral, canónigos, serán los promotores y mecenas de las nuevas obras en las que se introduce el Humanismo italiano primero y después la Contrarreforma.
La sillería del coro es la gran empresa común en la catedral que supone un gran esfuerzo colectivo y económico. Su promotor y mentor, don Sancho Miguel Garcés de Cascante, prior de la catedral, había estado en Roma, lo que le permitió conocer las grandes obras del Renacimiento italiano. La sillería del coro puede considerarse un jalón en la introducción del lenguaje renacentista en Navarra tras la de Tudela, todavía gótica, y supone un avance considerable del nuevo estilo. Forma un conjunto escultórico de gran envergadura, en el que se desarrolla junto al programa cristiano toda una serie de imágenes tomadas de la Antigüedad y de la mitología, propias del Humanismo. Se hace así una síntesis entre Humanismo y Cristianismo.
 

Catedral de Pamplona. Sillería del coro

Catedral de Pamplona. Sillería del coro. Esteban de Obray. 1539


Tanto la reja que cerraba el coro como la del presbiterio fueron promovidas por don Remiro de Goñi, arcediano de la Tabla, cuyo familiar don León de Goñi sufragó la realización de algunas campanas. Al obispo don Juan Rena se le debe la ejecución del busto de plata de Santa Úrsula.

En la Contrarreforma la catedral puso en práctica las directrices del Concilio de Trento por medio de las Constituciones Sinodales del Obispado de Pamplona promulgadas por don Bernardo de Rojas y Sandoval y publicadas en 1591. Será en esta época y en este contexto cuando la catedral se haga con una de sus imágenes más devotas, el Crucificado de Juan de Anchieta. Así mismo, en el episcopado de don Antonio Zapata se promoverá la ejecución del retablo mayor con un programa contrarreformista que supone un elemento fundamental para la renovación del culto de acuerdo con las directrices de Trento.


Retablo mayor de la Catedral de Pamplona

Retablo mayor de la Catedral de Pamplona, actualmente en la parroquia de San Miguel de Pamplona


La colocación del retablo mayor provocó de inmediato la renovación de todo el presbiterio, no sólo con el templete de plata, realizado por el propio Zapata, para cobijar la Eucaristía en el retablo mayor, sino también por la construcción del retablo de Nuestra Señora de la Piedad para la capilla real situada en el presbiterio.


Catedral de Pamplona. Templete eucarístico y custodia

Catedral de Pamplona. Templete eucarístico y custodia