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Los alumnos del MtDA aprenden de la mano de William J. R. Curtis

Javier Caballero Canal, alumno del Máster Universitario en Teoría y Diseño Arquitectónico (MtDA), comparte la experiencia académica que vivió con William Curtis, historiador de arquitectura, crítico, escultor, pintor y fotógrafo británico

William J. R. Curtis, historiador de arquitectura, crítico, escultor, pintor y fotógrafo británico, fue mi profesor. Muchos aseguran que es el crítico de historia de arquitectura moderna más importante de estos tiempos. Tiene una gran colección de obra escrita conformada por más de diez libros, que incluyen: ‘Le Corbusier: ideas y formas’, de 1986; y ‘La arquitectura moderna desde 1900’, publicado en 1982, que se considera un libro esencial para entender la arquitectura moderna.

William ha recorrido el mundo viendo arquitectura, conociendo arquitectos y dando conferencias sobre diversos temas de la arquitectura moderna. Con este currículum cualquiera quisiera ir a alguna de sus conferencias y, junto con mis compañeros del Máster en Teoría y Diseño Arquitectónico, tuve la fortuna de tenerlo como profesor. Durante dos semanas, de lunes a jueves, 13 personas pudimos escuchar y conversar con William J. R. Curtis de diversos temas que él preparaba para nosotros. En estas clases, no solo nos enseñaba sobre la arquitectura moderna y su influencia en la vida de las personas, sino que también nos contaba anécdotas que había vivido con grandes arquitectos como Frank Gehry y Álvaro Siza, entre otros, e incluso con arquitectos del continente americano como Rogelio Salmona o Teodoro González de León, quienes son o fueron grandes amigos de William.

En dos ocasiones, hicimos también visitas a proyectos arquitectónicos. Primero, fuimos al santuario de Aránzazu, ubicado en el municipio guipuzcoano de Oñate, en el País Vasco, a dos horas de la Universidad. Este santuario fue diseñado por los arquitectos españoles Francisco Javier Sáenz de Oiza y Luis Laorga, con esculturas de Jorge Oteiza como la de los 14 apóstoles de la fachada. Era la primera vez que William visitaba el santuario, al igual que nosotros. Fue muy enriquecedor para todos, porque fuimos testigos de cómo William analizaba y criticaba una obra arquitectónica que veía por primera vez, y pudimos apreciar sus conocimientos. 

La segunda visita fue a la Fundación Museo Jorge Oteiza, diseñada por Francisco Javier Sáenz de Oiza, donde se muestra gran parte de la obra escultórica de Jorge Oteiza. Al igual que en la primera visita, analizamos la obra arquitectónica y las esculturas junto con William, teniendo como referencia las clases, conversaciones y la primera visita que realizamos con él a Aránzazu. 

Cualquiera no puede decir que William J. R. Curtis le dio clase, y mucho menos que analizó y visitó con él obras arquitectónicas. Además de gran profesor y profesional, puedo decir que es una gran persona. Estoy seguro de que lo que vivimos con William es una experiencia que nunca vamos a olvidar. Nos llevamos mucho, poder escucharle, aprender de lo que ha estudiado, de su experiencia y sus historias con arquitectos que admiramos es algo de lo que podemos presumir. William J. R. Curtis fue mi profesor. Esta experiencia se la contaré con gran alegría a muchos”.

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