Durante 6 días la arquitectura contemporánea fue la principal protagonista para los alumnos de 1º de Arquitectura. Han realizado su primer viaje académico en torno a las obras de Le Corbusier entre Francia y Suiza.

Han podido conocer de primera mano las principales obras del arquitecto suizo, además de visitar otras instalaciones y edificaciones de especial relevancia. Este viaje culmina el año escolar en el que llevan estudiando a Le Corbusier entre otros maestros.

Para la alumna Elena Schmidt el viaje “permitió ver la arquitectura a través de una nueva lente, o más bien la lente que me inspiró a estudiarla en primer lugar: la experiencia de un edificio como espacio. El viaje les dio vida a Le Corbusier y a sus obras más que cualquier otra lección, aunque haberlas aprendido de antemano ciertamente fue clave para apreciar las obras.”

Su compañera Daniella también recalcó la importancia que tuvo haber estudiado esos edificios con tanto detenimiento a lo largo del año escolar y que eso impactó a la hora de “verlos en vivo y en directo”, relataba que “cambia la perspectiva con la que veía dichos edificios, ya que la experiencia que se tiene al estar ahí mismo, es muy diferente a verlos en una fotografía. Esto se debe a que los aspectos sensoriales que transmite la arquitectura sólo se perciben al presenciar el edificio.”

Creen que este viaje fue un impulso, el primer año de carrera suele ser muy duro, adaptarse a nuevas rutinas, formas de evaluación, contenido especializado. Entre tanto esfuerzo y trabajo que le requiere a los alumnos conllevar este año, que se culmine con el viaje es sumamente gratificante  ya que en el caso de Daniela le hizo “confirmar lo mucho que le gusta la arquitectura y el arte, y fue una gran motivación para seguir aprendiendo más cosas sobre ella”. Al mismo tiempo, el viaje fue un gran momento para “compartir como clase, desde ver a personas dibujando, pintando, compartir experiencias, tomar  fotos y más fotos, la hora de la comida, o jugar cartas y cantar en el bus.”

La alumna Elena considera que “fue especialmente agradable compartir esta experiencia con compañeros de clase y profesores, discutiendo elementos que hacen que la arquitectura sea increíble mientras se está en el lugar. En términos de vinculación de clase, los viajes en autobús fueron particularmente efectivos. Nos cuidamos el uno al otro para asegurarnos de que nadie se quedará atrás. La gente tocaba música en la parte de atrás o la guitarra en la parte delantera, siempre cantando.”

Fotos de: Elena Schmidt, alumna de 1º de Arquitectura.