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Un diálogo entre fortines y frontones

‘Pareten Mintzoa’, la propuesta del estudio O Arquitectura de Javier Sáez, profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, ha sido seleccionada en el concurso de ideas del futuro Centro de Interpretación de la Pelota Vasca de Pamplona

Javier Sáez es de Lodosa y desde 2020 forma parte del estudio O Arquitectura, donde trabaja junto a Ignacio Ruiz de Erenchun y Patxi Burillo, antiguos alumnos de la Escuela. El nombre del estudio evoca a la geometría del círculo y su resonancia con el entorno y también a los cromlechs, unas agrupaciones circulares de piedra originarias del norte de Navarra. Los cromlechs son  “vacíos en la tierra que representan un vacío en el cielo", explica Javier Sáez. 

 En esta entrevista nos explica en qué consiste su proyecto y el proceso de creación:

¿Cómo fue el proceso de ideación de Pareten Mintzoa’?

Los ejes principales del proyecto son la historia de Pamplona y la historia de la pelota y un contexto urbano cuyos valores hay que conservar. La posición de la parcela representa la unión entre el ensanche y el trazado de la cuesta del Labrit y la Plaza de Toros, una parcela sin resolver tras la demolición del parque de bomberos en 2010.

Dedicamos la mayor parte del tiempo a observar las condiciones y características que daban un valor especial a ese lugar. “Una plataforma verde que mira al paisaje y donde la escala de Pamplona desciende”. Todos estos factores nos parecieron una oportunidad buenísima para poder pensar e investigar sobre la pelota, el objeto del concurso, como la propia zona de la parcela sin resolver.

¿Qué relación hay entre el edificio y el deporte?

Existe una relación muy intrínseca entre la historia de la ciudad y la historia de la pelota. Una conferencia en Lesaca sobre la historia del deporte alumbró muchas de las decisiones que después tomamos.

La pelota es un juego que nace en Grecia y Roma. Llegó a Navarra a través del jeu de paume de Francia. Descubrimos que los primeros jugadores eran pastores en unas campas abiertas donde marcaban unas líneas que llamaron ‘pilotasoros’.

El juego evolucionó a la ‘laxoa’, otro juego que incorporó por primera vez el elemento de la pared, y el deporte se empezó a practicar en los pueblos y en las ciudades, hasta convertir la pared en un elemento indispensable.

La importancia de las paredes en la pelota fue lo que nos llevó a titular el proyecto ‘Pareten Mintzoa’, que en euskera significa ‘el hablar de las paredes’. El edificio busca la conversación entre distintos tipos de paredes y muros a lo largo de la historia. 

Las imágenes del archivo de 1920 revelan que las murallas de Pamplona fueron enterradas bajo la parcela y queríamos relacionar el frontón con ella; sacar a la luz su relación con el fortín de San Bartolomé y con el Baluarte del Labrit.

El frontón dialoga con el de Labrit y Jito Alai…

El frontón Labrit es uno de los principales frontones profesionales a nivel nacional y el frontón Jito Alai es un adosado que aprovecha la muralla como pared para el juego. Los frontones siempre han generado lugares de encuentro y socialización dentro de los pueblos, lugares de exhibición y reunión. Propusimos un tercer frontón, en este caso libre, de dos paredes y la campa verde que lo rodea se asemeja al ‘pilotasoro’.

El proyecto dibuja una forma en L, ¿por qué?

La configuración en forma de L crea un recorrido exterior entre la historia de los frontones porque casi hay un frontón de cada tipo (un pilotasoro, un frontón adosado y un frontón catedralicio de juego profesional).

¿Qué papel ocupan los materiales en el proyecto?

El edificio está ideado en hormigón como una forma de pensar la piedra moderna. Necesitábamos dar respuesta a los fortines con un material que fuese duro y perdurable, que almacenase, al igual que la piedra de las murallas, la pátina del tiempo. De esta forma, se convierte en un fortín más y a la vez en un frontón más.

¿Cómo se distribuye el espacio?

La planta baja está integrada por el vestíbulo, la administración, una pequeña tienda y la cafetería. Estos dos últimos usos se incorporaron tras la consulta ciudadana realizada durante la primera fase del concurso. En la planta superior encontramos las oficinas de las federaciones de pelota y una sala de reuniones que mira hacia el Labrit.

El sótano está dividido en dos zonas. Por un lado, la zona de exposición cuenta con unas aulas de formación y de exposición de materiales de artes plásticas, auditivas y visuales.  Por otro lado, la planta subterránea incluye la zona de archivo abierto donde los investigadores pueden trabajar y exponer a su vez el material.

Al necesitar luz natural en la planta subterránea, generamos un lucernario arriba que mantiene las líneas originales del campo de juego del frontón. Además, al realizar la excavación se descubrirá la ubicación exacta de las murallas, lo que nos permitirá responder de forma flexible y jugar con las luces a través de los lucernarios.

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