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Los estudiantes del MDGAE participan en un ‘workshop’ con César Ruiz Larrea y Miguel Díaz

La estudiante Marycarmen Murillo Frías, estudiante del MDGAE, nos cuenta cómo vivió la experiencia y qué aprendió de ella

«La sostenibilidad es una herramienta más de la arquitectura». César Ruiz-Larrea, presidente de Ruiz Larrea Asociados (RLA).

“Con esta frase dio inicio al workshop el arquitecto César Ruiz-Larrea. Hizo una presentación de sus obras y proyectos de RLA. Nos trasladó a los inicios de la arquitectura, a cómo los incas hacían adaptaciones bioclimáticas en sus construcciones y cómo daban gran importancia al soleamiento, humedad y altitud en sus diseños. También nos mostró cómo en los países árabes las chimeneas de viento ya se hacían hace 2.000 años. Todos estos ejemplos  tienen en común la materia, la forma y la energía.

La buena arquitectura siempre se adapta a las condiciones climáticas de la región en la que se construye, por lo que un buen análisis de sitio, climático y cultural, es indispensable para entender mejor el proyecto e integrarlo mejor en el sitio.

Después, César Ruiz-Larrea presentó sus proyectos. Mostró ejemplos de esta estrategia bioclimática con el proyecto de La Geria. Con él pudimos apreciar lo antes mencionado, que como arquitectos debemos tener un amplio entendimiento de la forma y función de nuestros proyectos. La fachada de nuestros proyectos cumple su función estética, pero la envolvente tiene que cumplir su función, que la entendemos con nuestro estudio de sitio y entorno. César Ruiz-Larrea insistió mucho en que es de suma importancia entender el contexto sociocultural y climático de nuestro sitio antes de comenzar la etapa de diseño.

El segundo día del workshop lo pasamos con Miguel Díaz, director de Sostenibilidad de Ruiz Larrea Asociados, que nos mostró ejemplos de edificios NZEB, obras realizadas por el estudio. Nos insistió en que tomemos este workshop como un ejercicio para aprender, tenemos que mantener nuestra curiosidad activa para cuestionarnos todo el tiempo. Tenemos que partir de unas preguntas indispensables para diseñar: ¿dónde?, ¿por qué?, ¿para quién?

El estudio inicial del lugar nos da información de parámetros y condicionantes de confort como temperatura, humedad, aire, radiación y arropamiento. Si este estudio inicial falla, falla todo el proyecto. Es muy importante tomar como prioridad el estudio del clima de nuestro sitio, pero sobre todo debemos tener en cuenta el cambio climático, es decir, que pueda adaptarse a un futuro (lluvias, sequías, …). Díaz nos invitó a ser críticos con el estudio del clima y a cuestionar lo que el software te dice, tenemos que ser capaces de reconocer y entender que las fuentes de datos pueden fallar.

Como complemento a las clases teóricas, se planteó un ejercicio práctico de arquitectura que desarrollamos en grupos con los conocimientos impartidos en estos primeros días. El ‘protagonista’ es un pequeño hotel situado en tres climas distintos de la península. Se propusieron diferentes terrenos en diferentes zonas climáticas para llevar a cabo propuestas totalmente bioclimáticas, con prioridad de abordarlos desde diseños totalmente pasivos. Tres territorios y tres climas. Se propuso iniciar los ejercicios haciendo una reflexión rigurosa sobre los problemas a resolver y que las soluciones fuesen consecuencia de estos. Las zonas para trabajar fueron: zona climática oceánica, cornisa cantábrica; zona climática continental, centro; y zona climática mediterránea.

Los días 8 y 14 de febrero tuvieron lugar la correcciones de proyectos por equipos. Cada equipo presentó los análisis climáticos de sus zonas generando lluvia de ideas junto con nuestros profesores invitados César Ruiz-Larrea y Miguel Díaz. Cada uno de ellos hizo críticas a nuestras propuestas.

El 20 de febrero fue el día de la exposición pública de los trabajos, que fueron valorados por el equipo de RLA, formado por César Ruiz-Larrea, Miguel Díaz y Ana Sánchez-Ostiz, responsable de estrategia internacional del máster de la Escuela. Cada equipo presentó su proyecto al jurado, mostró los análisis climáticos de la zona que les tocó trabajar y la propuesta arquitectónica del hotel con sus estrategias totalmente pasivas.

Se pudo apreciar que cada equipo con la misma zona climática presentó similitudes al abordar el diseño arquitectónico. Esto demostró que el clima nos dicta desde un inicio cómo debemos trabajar. Al final de todas las presentaciones, hicimos una reflexión en conjunto con el jurado y todos los equipos.

Concluimos que es muy importante el análisis climático y el estudio regional, tanto cultural como de materialidades y arquitectura. La arquitectura regional nos dicta los principios del factor forma, y el clima los principios del factor función y la envolvente. Pudimos entender cómo cada zona y clima piden cosas tan diferentes. Por ejemplo, un proyecto de una zona climática oceánica no podría replicarse en una zona mediterránea. Son conceptos que parecen muy obvios pero que muchos profesionales suelen olvidar. Con esto volvemos a la cita inicial: «La sostenibilidad es una herramienta más de la arquitectura». La buena arquitectura es la que se diseña con este pensamiento crítico y de respeto al entorno, no solo en cuestión ambiental, sino también social.

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