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Explorando el mundo del arte contemporáneo en Santander 

Un viaje educativo a través de los espacios de arte más destacados de Santander, Cantabria, y sus desafíos en la construcción de una revitalizada escena cultural

“Hace exactamente un mes, el pasado 13 de octubre, los estudiantes del Máster en Estudios de Comisariado fuimos invitados a un recorrido por diferentes espacios artísticos y culturales de Santander, Cantabria. 

Salimos a las 7:00 a.m. desde el parque Yamaguchi, era nuestra primera salida y había mucha expectativa entre nosotros pues, del grupo de dieciséis, solo una de nosotros conocía la ciudad destino. 

Santander nos recibió con una vista impresionante a su bahía que se abría dejando ver un malecón lleno de gente corriendo, paseando a sus perros y caminando en medio de un clima templado y agradable. El bus se acercó con rapidez a nuestra primera parada: Las Naves de Gamazo.

Nos recibió Eva Rodríguez Soto, coordinadora del espacio, y nos contó un poco sobre la historia de este centro de arte. Las Naves de Gamazo recuperan dos antiguos lugares industriales enclavados frente a la bahía de Santander y nacen de un deseo de inclusión social; es una institución de carácter educativo que busca acompañar la comprensión de la expresión artística contemporánea y aproximar a los ciudadanos de Santander a artistas y sus obras. 

La colección del espacio es de la Fundación ENAIRE y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y, junto al Gobierno de Cantabria, financian su funcionamiento donde se presentan exposiciones temporales. Ese día recorrimos junto a la coordinadora educativa Colección Norte, Homo Habitant, una exposición que busca examinar cómo el ser humano es consciente de su entorno, cómo se habita a sí mismo y cómo habita el mundo, a través de la selección de 42 obras de 21 artistas nacionales y 16 internacionales.

La segunda parada se encontraba muy cerca: el Centro Botín. Ubicado sobre el malecón de la ciudad, este edificio del arquitecto Renzo Piano, en colaboración con Luis Vidal y arquitectos, busca integrar el centro de la ciudad con la bahía. La estructura se suspende sobre pilares y columnas haciendo las veces de un muelle, una estrategia que permite al transeúnte la vista a la bahía, dejando entrar la luz e integrándose con el espacio. La imponente arquitectura fue para nosotros una sorpresa. Entramos y subimos a la segunda planta para encontrarnos con Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección del Centro. Ella, que sabía que estábamos ansiosos por explorar más el edificio, nos llevó a la parte exterior para contarnos sobre la misión del espacio.

El Centro Botín tiene un programa artístico que se compone de tres ejes: la formación a través de becas y talleres internacionales dirigidos por artistas de relevancia internacional, la investigación del dibujo de artistas españoles y la divulgación por medio de exposiciones, frutos de sus programas de investigación y formación. Bárbara nos contó sobre cada una de las becas, sobre el programa formativo, sobre la colección y posteriormente nos llevó a las salas del Centro para que recorriéramos dos exposiciones: Enredos: Eva Fàbregas y El Greco / Tino Sehgal

La primera es el resultado de un proyecto cuyo objetivo es apoyar a los artistas que han disfrutado de una Beca de Arte de la Fundación Botín. Eva Fàbregas fue beneficiaria de la misma y en esta exposición fue invitada a presentar su obra y a seleccionar trabajos de otros artistas que, como ella, fueron ganadores en el pasado. La exposición pone en tensión las piezas que se adueñan del espacio arquitectónico y enfrenta al espectador con obras que hablan sobre el deseo, el cuerpo, los afectos, lo desagradable y lo perturbador. La segunda exposición presenta una conversación entre la obra Adoración de los pastores del Greco y la creación de una obra a partir del encuentro con esta del artista Tino Sehgal titulada Thisyouiiyou, un performance que no termina nunca, que se puede ver durante horas y horas y en el que participan diferentes personas, incluyendo al público que quiera interactuar con la misma. Desde que la vimos los estudiantes del máster nos hemos encontrado varias veces mencionando esta obra como ejemplo en clases y en conversaciones. Cuestionándola, comentándola, tratando de recrearla.

Después de un almuerzo en el mercado conocimos la galería Siboney, donde Juan González Riancho, su director y propietario, nos contó sobre las dificultades de sostener un espacio de arte independiente, de la importancia de las ferias de arte y de la relación entre el comisario y el artista. 

Cerramos el agitado día con una visita a FLUENT, un espacio autogestionado e independiente que se mantiene en pie rodeado de almacenes abandonados. Lo componen una librería, llena de títulos especializados y un espacio de exposiciones que se transforma dependiendo de lo que la obra requiera. Aquí conversamos con Cristina Somavilla, exestudiante del máster, sobre sus experiencias en el mundo del comisariado, el cine y la edición, y sobre ese espacio de arte contemporáneo en el que presentan ciclos de exposiciones, textos y programas públicos. 

La visita a estos cuatro espacios artísticos, cada uno tan diferente del otro, de diferentes tamaños, con diferentes misiones y públicos objetivos nos presentó un panorama muy interesante sobre la agenda cultural que viene creciendo en Santander. En repetidas ocasiones nuestros anfitriones nos plantearon sus preocupaciones sobre la falta de público local y la necesidad de impulsar las artes y desarrollar públicos para el arte contemporáneo en la ciudad de manera que todo este esfuerzo que se ha hecho por crear una escena cultural no se quede solo en manos del turismo. 

Con estas reflexiones en la cabeza, y después de caminar alrededor de 15 kilómetros, regresamos a Pamplona”.

Texto escrito por: Sara Abisambra Borrero, estudiante del Máster Universitario en Estudios del Comisariado

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