“Gonzalo Goena y Óliver Sancho, fundadores del estudio GOS y antiguos alumnos de la Universidad de Navarra, nos recibieron en su estudio de una forma cercana y con entusiasmo.

GOS es una empresa enfocada en arquitectura, inversiones y construcción donde definen el ‘verdadero lujo’ como un concepto que aúna funcionalidad y utilidad, sensibilidad y equilibrio, y belleza y arte.

La visita se convirtió en una desenfadada charla en torno a una mesa. Lo que en un primer momento nos hubiéramos imaginado como un discurso unidireccional por parte de los anfitriones, se convirtió, debido a la cercanía de Gonzalo y Óliver, en un diálogo activo entre todos los presentes en el que tuvimos la oportunidad de realizar todas las preguntas que quisimos.

Gonzalo y Óliver nos hablaron, más que de sus proyectos, de su filosofía como empresarios. Si yo tuviera que resumir mi percepción sobre su filosofía en tres conceptos, serían: pasión, humildad y mejora continua. 

Sobre la pasión, dijeron lo siguiente: «Es muy importante que la pasión sea lo que te vaya guiando para trabajar. Hay que persistir en el pequeño detalle, en las ganas y en la importancia que tiene todo en la vida. Siempre hay muchos detalles que no se cuidan pero eso no importa, lo que importa es la actitud y ser consciente para hacerlo mejor la siguiente vez, más en la arquitectura y en este sector. Caer y levantarse, caer y levantarse».

En cuanto a la humildad, comentaron: «Hemos conseguido que gracias a nuestros valores la gente confíe en lo que hacemos. A las personas las vas a mover de alguna manera demostrando pasión, seriedad y transparencia. Con humildad vas aprendiendo de todo. Si vas con ego es como un balón que rebota la sabiduría y tú te quedas ahí inflado, pero sin nada dentro. La humildad es al revés, es un cuenco que, cuando viene algo, lo retienes dentro y al final te llenas de sabiduría».

Sobre la ‘mejora continua’, explicaron lo siguiente: «Intentar observar todo en los proyectos. Todo es todo. Ver qué ocurre cada día. Si se baja el escombro, cómo bajan el escombro, si se baja por la ventana, por la puerta... Si vas anotando y analizando todos esos detalles ya empiezas a tener en esas anotaciones tu primer análisis y así para la próxima vez ya tienes todo ese recorrido».

Otro de los temas que se pusieron sobre la mesa fue la evolución que tuvieron como empresarios. Comenzaron trabajando haciendo sus propios proyectos en el estudio de Ignacio Vicens. «Teníamos una relación de simbiosis, nos ayudábamos y a cambio podíamos estar en su estudio. Era una especie de coworking pero mejor», comentó Óliver.

La siguiente oficina que tuvieron fue un tablón en una obra sobre unos caballetes para trabajar allí y el resto desde casa. Su primer local fue un espacio de 30 m2 y un baño con una gran mesa que ocupaba todo el espacio y que actualmente tienen en su estudio en Gran Vía. En ese trayecto fueron adquiriendo visión empresarial y comenzaron con las inversiones inmobiliarias, a lo que se dedican actualmente en su mayoría: comprar viviendas, reformarlas y venderlas. «La mayoría de la gente hace viviendas convencionales, las puertas son puertas, los suelos son suelos. Y nosotros intentamos hacer otro tipo de arquitectura, a lo mejor las puertas ya no son tan evidentes, dedicamos mucho tiempo en la búsqueda continua de materiales diferentes y de calidad…».

Finalizó la visita después de mostrarnos todos los rincones del estudio. Los estudiantes nos fuimos con la sensación de haber tenido un coloquio verdaderamente enriquecedor”. 

Texto escrito por: Alba Berzal, alumna del Máster en Real Estate (MRE)