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21 de mayo de 2012

Ciclo de conferencias

ARQUITECTURA Y ARTE EN NAVARRA EN TIEMPOS DE LAS NAVAS DE TOLOSA

La escultura en tiempos de Sancho el Fuerte

Dª. Clara Fernández-Ladreda.
Universidad de Navarra

Se articula en tres apartados: escultura monumental, funeraria e imaginería. 

Dentro de la primera, el ejemplo más representativo es indudablemente la famosa la Puerta del Juicio de la catedral de Tudela, en la que hay que destacar sobre todo la iconografía. 

En ella se condensan el principio y el final de la Biblia. Los capiteles nos remiten al inicio del relato bíblico, ofreciendo episodios del Génesis, desde la Creación al sacrificio de Isaac. Por el contrario, las ménsulas, el desaparecido tímpano y las arquivoltas se consagran al Juicio Final, colofón de la historia bíblica. Es aquí donde se localizan los elementos más interesantes de la portada: la representación de los pecados y sus castigos, que tradicionalmente han llamado la atención por su extraordinario desarrollo, variedad y modernidad. En este sentido nos encontramos con una tendencia a la especificación, notoriamente en el caso de la avaricia, donde aparece no solo el avaro en abstracto con su bolsa al cuello, sino la concreción del pecado en profesiones mercantiles: cambistas, carniceros, pañeros, panaderos. La misma modernidad se percibe en el hincapié en la vertiente social del pecado, que se ejemplifica muy bien en el hecho de que en el caso de la gula se plasme la embriaguez con preferencia al afán inmoderado de comer. 

Formalmente se ha puesto en relación con Francia, predominantemente con el pórtico meridional de Chartres, pero también con el claustro de Notre-Dame-en-Vaux. Su cronología oscila mucho según los especialistas, pues mientras que unos la datan en torno al 1200 otros la retrasan hasta el segundo cuarto del XIII.
 

Puerta del Juicio. Catedral de Tudela

Puerta del Juicio. Catedral de Tudela
 

En el terreno de la escultura funeraria contamos con el yacente del propio Sancho el Fuerte en Roncesvalles, única parte conservada de su sepulcro. 

Desde antiguo se ha insistido en la curiosa postura cruzada de sus piernas, que ha dado lugar a curiosas interpretaciones. Se trata, sin embargo, de un rasgo que aparece en otros yacentes de caballeros del siglo XIII, particularmente en Inglaterra pero también en otros lugares, que corresponden a la tipología de los diyings gauls o galos moribundos. 

La ausencia de tradición en materia de escultura funeraria en Navarra y la citada coincidencia con ejemplos ingleses llevan a atribuirla a un artista foráneo de esta nacionalidad. En cuanto al promotor, si bien se ha hablado de su sobrino y sucesor, Teobaldo I, cabría pensar en el propio cabildo colegial, del que Sancho el Fuerte habría sido gran benefactor. Aunque el rey falleció en 1234, la realización de su tumba podría situarse a partir de 1244, año en que se resuelve definitivamente el litigio sobre su lugar de sepultura.

Sepulcro de Sancho el Fuerte. Roncesvalles

Sepulcro de Sancho el Fuerte. Roncesvalles


En lo que a la estatuaria exenta se refiere, hay que distinguir de dos grupos: Crucificados y Vírgenes.

Entre los primeros tenemos los del Santo Sepulcro de Estella -hoy en San Pedro de la Rúa-, Cizur Mayor, Torres del Río, Pitillas y Caparroso. Todos ellos son cristos de tradición románica, de cuatro clavos. El estellés es posiblemente el más antiguo existente en Navarra, pudiendo datarse dentro de los primeros años del XIII. Algo más avanzado parece el de Cizur, caracterizado por la presencia de la cabeza de Adán bajo los pies, basada en la contraposición entre Cristo y Adán, expuesta por San Pablo en sus epístolas. Finalmente, los de Torres del Río, Caparroso y Pitillas, similares entre si, en particular los dos últimos que muy probablemente proceden del mismo taller, pueden ponerse en relación con una tipología de cristos denominada tipo Le Mans.

Entre las tallas marianas sobresalen la titular de la colegiata –hoy catedral- de Tudela, la de Catalain –actualmente en el Museo Diocesano de Pamplona- y la de la basílica de Jerusalén de Artajona. La tudelana y la artajonesa destacan por la excepcionalidad de los materiales empleados -piedra en la primera y cobre con decoración de esmaltes en la segunda- y por sus funciones –relicario y sagrario respectivamente-. En la de Catalain llama la atención la indumentaria, con el empleo de una prenda poco corriente, el pellote. 

Crucificado. San Pedro de la Rúa. Estella

Crucificado. San Pedro de la Rúa. Estella