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6 de marzo de 2007

Ciclo de conferencias

LECCIONES DE ARTE CONTEMPORÁNEO EN NAVARRA

Panorama de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XX

Dr. Javier Azanza López.
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

La arquitectura navarra de la segunda mitad del siglo XX recorre un largo y atractivo camino en el que resulta posible marcar varias etapas que nos aproximan a su evolución y a los nombres propios de sus protagonistas. 
La decáda de los años cincuenta constituye un periodo en el que se mantiene todavía el poso de la arquitectura de posguerra, patente en edificios como el Monumento a los Caídos, el noviciado de las Religiosas Oblatas (1945 y 1953, Eugenio Arraiza), y el Chalet de Izu (1955, Ramón Urmeneta) en los Jardines de la Media Luna, residencia del indiano Ambrosio Izu enriquecido en México que vuelve la mirada a la arquitectura del Madrid de los Austrias. Pero junto a esta arquitectura que insiste en los valores de la tradición, surgen otras obras que pretenden avanzar por los caminos de la modernidad, caso de la parroquia de San Francisco Javier (1952) o del Hotel de los Tres Reyes (1959-63), ambas del arquitecto pamplonés Miguel Gortari. 

La industrialización y el consiguiente aumento de población experimentados en la comarca pamplonesa en las décadas de los sesenta y setenta, propician la construcción de torres en puntos muy visibles de la ciudad, edificios-hito promovidos por entidades financieras, empresas inmobiliarias o por el propio Ayuntamiento de Pamplona entre los que destacan las Torres de Erroz (1964, Javier Guibert y Fernando Redón), la Torre Basoko (1969, Ramón Urmeneta), la Torre de Monasterio de Fitero nº 24 (1971, J. Capdevilla y Estanislao de la Quadra-Salcedo), o el Edificio Singular (1968-1976, Javier Guibert, Manuel Jaén Albaitero, Manuel Jaén de Zulueta, Miguel Ángel Ruiz-Larrea y Luis Lozano Giménez). En la segunda mitad de los setenta se imponen una tipología de torre de menor altura y líneas más amables, patente en el edificio de la Caja de Ahorros Municipal en la Avenida del Ejército (1975, Fernando San Martín, Xabier Sánchez de Muniain y Roberto Urtasun), o en el Edificio de viviendas y locales comerciales de Santa Cruz en Zizur Mayor (1975, Javier y Jesús Martínez Oroquieta).


Edificio Singular

Pamplona. Edificio Singular


Junto a la construcción de bloques en altura, hacen ahora acto de presencia algunos de los arquitectos que van a marcar el panorama de la arquitectura navarra de la segunda mitad del siglo XX, caso de Fernando Redón, autor de los proyectos más significativos levantados en la Comunidad Foral en este período, buena parte de ellos en colaboración con Javier Guibert.

Las décadas de los ochenta y noventa vienen marcadas por el protagonismo de las Universidades y por los nuevos espacios urbanos. La Universidad de Navarra se ajusta al modelo de campus inglés, con edificios muy diversos que nos permiten realizar un recorrido por algunas tendencias arquitectónicas de la segunda mitad de la centuria; los más recientes de Ciencias Sociales (1996, Ignacio Vincens y José Antonio Ramos) y Biblioteca de Humanidades (1998, Javier Carvajal) establecen un fructífero diálogo en el conjunto urbano de la ciudad universitaria. En la Universidad Pública (1989), Francisco Javier Sáenz de Oiza plantea una ciudad en miniatura en la que partiendo del respeto a la personalidad propia de cada edificio, logra un conjunto unitario; las influencias que se detectan en él ponen de manifiesto uno de los rasgos de su arquitectura, siempre permeable a las corrientes de vanguardia.
En el terreno del urbanismo, merece especial mención la plaza y parque de Yamaguchi en Mendebaldea (1995, equipo de arquitectos formado por Josep Martorell. Oriol Bohígas, Albert Puigdomenech y David Mackay), en le que se inscribe el Planetario del arquitecto Íñigo de Viar y de los hermanos Iñaki y Josu Aurrekoetxea Aurre.


Archivo Real y General de Navarra

Pamplona. Archivo Real y General de Navarra


Finalmente, los primeros años del nuevo milenio son fructíferos en el quehacer arquitectónico de Pamplona y su área metropolitana. A la vez que se va completando el desarrollo urbano con proyectos como el de Sarriguren o se anuncian otros no exentos de polémica como el de Guenduláin, se desarrollan también grandes proyectos de edificios públicos con una ambición y recursos desconocidos hasta el momento. Junto a la remodelación de la antigua Audiencia como nueva sede del Parlamento (2002), es el momento del Archivo Real y General de Navarra (2003, Rafael Moneo), del Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra (2003, Patxi Mangado) y, fuera de la ciudad, del Museo Fundación Jorge Oteiza en Alzuza (2003, Francisco Javier Sáenz de Oiza), tres auténticos logros de la arquitectura navarra, cada uno con su propia personalidad y fruto de la madurez creadora de su autor. Mientras, continúa el peregrinar del proyecto de la nueva estación de autobuses hacia su conclusión, y se anuncian los planes para la futura estación del AVE que darán un nuevo impulso al panorama de la arquitectura contemporánea en Navarra.


Fundación Oteiza

Alzuza. Fundación Oteiza