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La pieza del mes de febrero de 2023

A PROPÓSITO DE UNAS ESTELAS DISCOIDALES RONCALESAS

José Ignacio Riezu Boj
Universidad de Navarra

Las estelas, inscripciones y motivos decorativos sobre piedra de los valles de Roncal, Salazar, Navascués, Romanzado, Urraúl bajo y alto, Aibar y Orba fueron catalogadas en 1965 por Tomás López Sellés, Casimiro Saralegui y José Cruchaga. El trabajo se publicó en 1983 en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, n.º 41-42, con el título de “Piedras familiares y piedras de tumbas de Navarra”. Los autores localizaron en el valle de Roncal cuarenta y una estelas. La villa con más estelas era Vidangoz, con veinte, localizadas en el cementerio adosado a la iglesia aún hoy en activo. En Roncal encontraron nueve, todas en el cementerio viejo de la parroquia. En Uztarroz, dos, y en Isaba, una, las tres en el monte. Por último, en Urzainqui, dos estelas en el interior de la iglesia, aunque originariamente situadas en el exterior. Los autores no localizaron estelas ni en Garde ni en Burgui. La mayoría de estas estelas se caracterizan por su tosquedad y pobre decoración, muchas de ellas con una simple cruz grabada en la zona ovalada. Sin embargo, llaman la atención por su calidad y decoración epigráfica las dos estelas encontradas en Urzainqui. Posteriormente han ido apareciendo más estelas en el valle, por ejemplo en Roncal, y tras la limpieza del cementerio viejo han aparecido otras seis estelas o fragmentos de ellas.

Las estelas de las que hablamos son monumentos monolíticos cristianos generalmente con grabados que se erigen en el suelo con funciones funerarias. Están formadas la mayoría por un pie alargado que se hinca en el suelo y una cabeza discoidal que lo remata donde se sitúan las inscripciones o grabados. Su origen se remonta a la edad de bronce y han sido usadas por diversidad de culturas. Las estelas cristianas han sido datadas desde los siglos VIII y IX y usadas para señalar enterramientos probablemente importantes en los cementerios adosados en el medievo a las iglesias. Las estelas discoidales dejaron de usarse cuando comenzaron a generalizarse los enterramientos en el interior de las iglesias. En Navarra, este cambio se produjo en la mayoría de los casos a comienzos del siglo XVI. Posteriormente, la clausura de los cementerios adosados a las iglesias a mediados del siglo XIX por órdenes del gobierno aduciendo medidas sanitarias provocó la desaparición de muchas de las estelas medievales que aún persistían.

El estudio de las estelas del valle de Roncal y alrededores me ha permitido analizar un grupo de cinco estelas y una clave de puerta que presentan unas características muy similares y una factura que considero especialmente relevante dada su magnífica calidad, muy superior al resto de estelas de la zona. Cuatro se localizan en municipios roncaleses y dos en Salvatierra de Esca, localidad zaragozana colindante aguas abajo con el municipio roncalés de Burgui. Se trata de las dos estelas de Urzainqui ya referidas por López Sellés y col.; una estela empotrada en una pared en Garde; un fragmento de estela en Roncal; una estela reutilizada en una fuente publica en Salvatierra de Esca; y la clave de una portada en esta última localidad. Todas las estelas tienen una cabeza discoidal de unos 40 cm de diámetro.

Las seis piezas son:

Urzainqui-1: Estela completa que conserva el pie y la cabeza discoidal. Exhibe grabados solo por una de sus caras. Muestra grabada en un lateral de la cabeza una tau.

Urzainqui-2: Estela completa que conserva el pie y la cabeza discoidal. Luce grabados epigráficos por las dos caras. Desgraciadamente, la cara de interés se encuentra en el reverso y su colocación pegante al altar de San Miguel en la parroquia no permite estudiar con detalle sus características. Hemos trabajado con el dibujo que de esta cara realizó Casimiro Saralegui en la publicación citada.

Garde: Estela que solo conserva la cabeza. Se encuentra empotrada en una escalera en la calle que da acceso a Casa Seisea. Fue encontrada en 1992 en las obras de reedificación de la casa, muy cerca de la parroquia de Santiago.

Roncal: Estela fragmentada, aparecida en la limpieza del cementerio viejo, que solo conserva parte de la cabeza discoidal. Es la única, además de las de Urzainqui, que se mantiene exenta y solo ostenta grabados en una de sus caras.

Salvatierra de Esca-1: Estela que solo conserva la cabeza. Se halla empotrada formando parte de una fuente publica en la pared exterior sur de la iglesia parroquial de San Salvador. El caño de la fuente perfora el centro de la estela, que además está colocada al revés.

Salvatierra de Esca-2: Clave de la puerta de acceso al edificio n.º 40 de la calle Mayor. Ostenta también dos grandes rosetones a cada lado, en las dovelas adyacentes a la clave.

Como ya hemos comentado, este conjunto de estelas y clave presentan una tipología muy similar. Todas tienen una cruz que divide, con su delgado brazo largo, el campo de la cabeza discoidal en dos mitades. El brazo corto de la cruz tiene en su parte superior tres flores de lis, una central más grande y dos laterales más pequeñas. Sobre los brazos cortos y entre las flores de lis, se colocan dos triángulos. Los brazos cortos de la cruz terminan en una punta de flecha. Entre el brazo largo de la cruz y en grandes letras góticas minúsculas, se inscribe en todos los casos el monograma JHS, y en cuatro casos, un segundo monograma XPS. Todos los grabados son altorrelieve de muy buena factura con una epigrafia de gran calidad.

A pesar de la gran homogeneidad de las seis piezas, las podemos agrupar en tres parejas según el número y posición de los monogramas cristológicos que contienen. Los hemos denominado grupo A, B y C, y son prácticamente iguales. El grupo A expone los monogramas colocados uno a cada lado de la cruz, debajo del brazo corto. El epígrafe JHP en la izquierda y XPS en la derecha. Pertenecen a este grupo las estelas Urzainqui-1 y Garde. El grupo B también presenta los dos monogramas, pero colocados uno debajo del otro. El superior IHS hace coincidir el palo de la H con el brazo largo de la cruz. Pertenecen a este grupo las estelas Salvatierra-1 y Urzainqui-2. El grupo C solo muestra el monograma JHS, carecen del monograma XPS. Pertenecen a este grupo la clave Salvatierra-2 y la estela Roncal.

Los tres grupos que hemos descrito muestran detalles coincidentes sorprendentes. Así, en las estelas del grupo A, el brazo corto de la cruz acaba en una punta en forma de V muy diferente a la terminación de las cuatro piezas del grupo B y C. Presentan también lo que probablemente sea un signo de abreviatura encima de la P del anagrama XPS que no aparece en los otros dos ejemplares del grupo B. Las dos estelas del grupo A muestran el anagrama JHS con J en vez de I usada en el resto de las piezas. Además, la H de este grupo exhibe un palo cruzado sobre el trazo ascendente de la letra que no vemos en el resto. Por último, este grupo carece de la estrella de ocho puntas que encontramos en los otros. Por otro lado, el grupo B presenta un punto sobre la letra S del monograma XPS, posible señal de abreviatura, que no aparece en el grupo A. Así mismo, estas estelas terminan la H en una rama que gira hacia la izquierda, giro que en el resto de piezas es hacia la derecha. Por último, muestran a la derecha del anagrama IHS una tau que solo la encontramos en estos ejemplares. Desgraciadamente, la fragmentación de la estela Roncal hace difícil la comparación de los ejemplares del grupo C.

Los monogramas utilizados en estas estelas son invocaciones al nombre de Jesús en latín (IHS) y griego (XPS); en ambos casos utilizando las dos primeras y la última letra de su nombre Ih(esu)s en latín o Χρ(ιστο)ς “Chr(isto)s” en griego. Los dos monogramas han sido usados desde el siglo IV como símbolos protectores. En el valle de Roncal proliferan en las claves de muchas puertas de acceso a las casas. Los propios autores del artículo citado mencionan a este respecto que “Hay una extensa zona de Navarra, que abarca los valles de Roncal y Salazar, Navascués, Romanzado, Urraúl Bajo y Alto, Lumbier, Sangüesa, Valles de Aibar y Orba y una prolongación del Partido de Aoiz hacia el oeste, con una gran densidad de monogramas de Jesús”. La presencia de estas seis piezas en un área tan próxima nos induce a proponer la presencia de un taller de cantería de cierta entidad en esta zona con importantes conocimientos de su oficio. Taller que por la epigrafia usada y el tipo de piezas trabajadas, podemos datar a finales del siglo XV o principios del XVI.