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27 de febrero de 2013

Ciclo de conferencias

ARQUITECTURA SEÑORIAL Y PALACIAL DE PAMPLONA

El palacio del Condestable de Navarra

Dª. Mª Josefa Tarifa Castilla.
Universidad de Zaragoza

El Palacio del Condestable de Navarra en Pamplona es una de las edificaciones más importantes de las acometidas en la capital del reino a lo largo del siglo XVI y la más sobresaliente desde el punto de vista de la arquitectura señorial. Fue mandada erigir por uno de los linajes más sobresalientes de la nobleza navarra, los condes de Lerín, quienes desde la creación de este título en 1424 por concesión del monarca Carlos III a su hija Juana con motivo de su matrimonio con Luis de Beaumont, ostentaron también poco después el distinguido cargo de condestables de Navarra, denominación con la que todavía hoy se le sigue designando. Una casa señorial que Luis de Beaumont, III conde de Lerín mandó construir a comienzos de la década de 1520 en el burgo de San Cernin, en los inicios de la calle Mayor en un solar próximo a la parroquia de San Saturnino. En ella trabajó el cantero guipuzcoano Pedro de Echaburu, quien desde 1515 se encontraba al frente de las obras de cimentación de la iglesia del convento de los dominicos de Pamplona. En una fecha anterior a mayo de 1524 Echaburu se trasladó desde Lerín, donde acometía una importante remodelación en el castillo que los Beaumont tenían en esta localidad, a Pamplona con objeto de proporcionar la traza de la puerta y ventanas de la casa del condestable, como ha documentado recientemente el Echeverría Goñi.
 

Palacio del Condestable de Navarra. Pamplona

Palacio del Condestable de Navarra. Pamplona
 

No obstante, las intervenciones más importantes en el palacio pamplonés tuvieron lugar a partir de 1548 cuando el hijo de aquél, Luis de Beaumont, IV conde de Lerín, adquirió cuatro casas colindantes para ampliar la suya por valor de 3.600 ducados, quedando configurado como un edificio asentado sobre un solar en forma de trapecio que linda con las calles Mayor y Jarauta, a la que en el propio siglo XVI se añadió por la parte posterior la “casa accesoria” de Francés de Beaumont, primo del III conde de Lerín, capitán de la guardia de Carlos V. A la muerte del conde, la casa la heredó su hija, Brianda de Beaumont, V condesa de Lerín quien contrajo matrimonio con Diego Álvarez de Toledo, hijo del Duque de Alba, quedando los títulos de ambas familias unidas desde la generación siguiente. En ella residió a partir de 1590 el obispo de Pamplona y sus sucesores en el cargo de la mitra pamplonesa hasta que a mediados del siglo XVIII se erigió el actual Palacio Arzobispal, ocupándola posteriormente la corporación municipal entre 1752 y 1760 mientras se concluían las obras de la nueva casa consistorial. Un palacio que siguió siendo propiedad del duque de Alba hasta fines del siglo XIX cuando fue adquirido por el burgués Juan Seminario, sufriendo el inmueble una profunda reforma de la mano del maestro de obras Pedro Arrieta (1891) que le hizo perder su aspecto de mansión señorial renacentista. En la planta baja se abrieron grandes vanos destinados a los escaparates de los comercios, mientras que la segunda y tercera planta fueron destinadas a viviendas, eliminándose además el balcón de esquina por un chaflán con miradores, siendo éste el primero de los acometidos en del casco antiguo de la ciudad.

La compra del edificio por parte del Ayuntamiento de Pamplona ante el estado de ruina en el que se encontraba a finales del siglo XX y la posterior restauración acometida por los arquitectos Leache y Tabuenca (2001-2008) ha permitido recuperar el palacio y devolverle en la medida de lo posible el aspecto que pudo presentar en su configuración inicial. Una casa señorial levantada acorde a la tipología típica de palacio renacentista, alargado, tendente a la horizontalidad, con tres niveles de altura en la fachada principal, la planta baja de acceso a través de un sencillo vano adintelado, el piso noble con balcones dispuestos simétricamente y el remate con galería de arquillos. Tras atravesar el zaguán accedemos al interior de la casa, cuyas estancias se distribuyen en torno a un patio principal, solución habitual que también encontramos en otras residencias señoriales navarras de la época, como el palacio de Pedro Magallón en Tudela o el de los Eguía en Estella. Un patio adintelado de dos cuerpos sustentado en la planta baja por columnas pétreas de fuste octogonal, destacando por su labra arquitectónica las del arranque de la escalera de orden jónico, de inspiración serliana, una de las cuales fue colocada en el balcón de esquina exterior de la planta noble. Tras él se sitúa el patio de servicios y la casa accesoria Beaumont, en cuya planta baja se encuentra la parte más antigua de todo el conjunto, la sala gótica, perteneciente a una construcción anterior.
 

Palacio del Condestable de Navarra. Patio interior

Palacio del Condestable de Navarra. Patio interior
 

La restauración del inmueble ha permitido la recuperación del conjunto de alfarjes de madera del siglo XVI, formados por grandes jácenas de pino que apoyan en modillones de rollos. Entre ellos destacan los artesonados que cubren los grandes salones de la planta noble, y en especial el principal, orientado a la calle Mayor, que presenta, aunque muy deterioradas, policromías con nueve escenas figuradas, algunas de temática mitológica dedicadas a Hércules, como la lucha contra Caco tras robarle su ganado o el enfrentamiento con el león de Nemea. También se han conservado restos polícromos en las paredes de esta misma planta, de fines del siglo XIX con decoración de tipo botánica. 

 

Palacio del Condestable de Navarra. Artesonados de la planta noble

Palacio del Condestable de Navarra. Artesonados de la planta noble
y detalle de Hércules luchando contra Caco


detalle de Hércules luchando contra Caco