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13 de noviembre de 2013

Ciclo de conferencias

EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL. SALIDAS PROFESIONALES

Educando en los valores del Patrimonio

D. René Payo Hernanz.
Universidad de Burgos

Nuestra sociedad tiene, por fortuna, una cada vez mayor conciencia sobre la importancia de su legado patrimonial. Este legado presenta unos caracteres multiformes que van desde el Patrimonio Cultural, en sus distintas versiones, hasta el Patrimonio Natural. Hoy se ha superado la visón reduccionista del Patrimonio como algo exclusivamente vinculado a bienes y objetos tangibles, ligados al mundo histórico-artístico, para hacerlo extensivo a otros ámbitos, en el que el denominado Patrimonio Inmaterial alcanza cada vez un mayor peso. Por otro lado, también se ha superado la clásica visión del Patrimonio como algo fruto de una acción de minorías cultas, para incluir otras producciones de carácter popular.

Es una necesidad imperiosa conocer nuestro Patrimonio pues es portador de una serie de valores, de distinta índole. En primer lugar posee, en muchas ocasiones (sobre todo en el caso del Patrimonio Artístico), unos valores estéticos y su conocimiento nos permite además de recrearnos en la belleza mejorar en nuestra formación estética. 

En segundo lugar, el Patrimonio es uno de los elementos que configuran nuestras señas de de identidad como colectivo. Somos, en parte, lo que fuimos y lo que fuimos lo conocemos a través, en muchos casos, del legado patrimonial. Muchos grupos humanos se identifican con algunos elementos singulares de su Patrimonio de una manera clara, valorándolos como elementos de cohesión. En algunos casos ciudades o pueblos tienen una identificación total con uno o varios bienes culturales, ya sean materiales o inmateriales, hasta tal punto que su propio nombre aparece, en el imaginario colectivo, unido a los mismos. El valor identitario del Patrimonio es, de manera genérica, un valor, aunque su manipulación a la hora de generar nuevas identidades puede ser peligrosa.

Otro de los valores que tiene el Patrimonio es el ideológico. Cada momento de la historia ha creado bienes patrimoniales cargados de significación ideológica. También cada periodo histórico ha intentado “leer” el legado patrimonial de una determinada manera. Por ello es fundamental un buen conocimiento de su verdadera significación para evitar manipulaciones y, sobre todo, para trascender antiguos significados con los que quedaron dotados muchos bienes patrimoniales en el pasado y que hoy, en algunas ocasiones, amenazan su conservación.

Otro de los valores que tiene nuestro Patrimonio es el económico. Tanto los bienes materiales como el Patrimonio Inmaterial son capaces de generar un notable conjunto de recursos económicos a partir del turismo. Algunos lugares de nuestro país fundamentan una buena parte de su economía en torno a sus bienes patrimoniales. Es importante llegar a ese punto de equilibrio entre la “explotación” de los mismos y su conservación y mejora.

Por fin, otro de los valores de una parte muy significativa de nuestro Patrimonio son los espirituales. Tengamos en cuenta que una parte muy significativa de los bienes patrimoniales de nuestro país surgieron para satisfacer necesidades religiosas. Hoy, aún, muchos de esos elementos materiales o inmateriales siguen cargados para muchas personas de valores espirituales, y han generado un nuevo tipo de turismo que es el “turismo religioso”.

Todos estos valores exigen que se desarrollen acciones educadoras sobre el Patrimonio, Estas acciones deben plantearse en los currícula de las enseñanzas obligatorias (Primaria y Secundaria) y también en el Bachillerato. Es lamentable el escaso peso que tiene el conocimiento de nuestro legado en los distintos planes de estudios de la enseñanza en sus primeros niveles. En la Universidad deben establecerse los medios para que los futuros gestores-difusores del Patrimonio desarrollen una cualificada formación. Obviamente la formación deberá ser especialmente profunda en las enseñanzas de futuros profesores de historia, monitores de patrimonio, gestores de museos, difusores turísticos del Patrimonio, arquitectos, restauradores, etc. En el actual marco universitario debe hacerse un especial esfuerzo para que el estudio del Patrimonio no sólo se desarrolle en grados como Historia del Arte, Historia, Antropología, Arquitectura, etc. sino también en masteres y posgrados específicos.

El hecho de que el Patrimonio sea portador de valores que afecta a toda la población y la cada vez mayor preocupación por el mismo, exigen la puesta en marcha de planes de acercamiento a través de exposiciones (reales o virtuales) y de actividades formación no reglada que permitan difundir un conocimiento cada vez más profundo de este legado. Así las cátedras y aulas abiertas de Patrimonio y las actividades desarrolladas por asociaciones de amigos del Patrimonio están contribuyendo de manera decisiva a aumentar el conocimiento y la sensibilidad por nuestro legado patrimonial lo cual sin duda redunda en la garantía de su conservación.