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28 de abril de 2010

Curso

EL CAMINO DE SANTIAGO Y LAS RAÍCES DE OCCIDENTE

El culto a los sepulcros de los santos en el Camino de Santiago

Dª Soledad de Silva y Verástegui.
Universidad del País Vasco

“DE LOS CUERPOS DE LOS SANTOS QUE DESCANSAN EN EL CAMINO DE SANTIAGO Y DEBEN SER VISITADOS POR LOS PEREGRINOS”

Con estas palabras se dirigía el poitevino Aimerico Picaud, hacia 1140, a los peregrinos que caminaban por las rutas europeas a Santiago de Compostela. El capítulo VIII del Libro V del Codex Calixtinus, conocido como la guía de peregrinación, exponía una larga enumeración de los cuerpos de los santos que se encontraban en diversas iglesias, santuarios o monasterios por donde pasaban los peregrinos a lo largo de las diferentes rutas-tolosana, podiense, limusina o touronense- que conducían a Santiago y que debían visitar. El autor señala numerosos sepulcros de santos en Francia, si bien en el camino español únicamente menciona los de Santo Domingo de la Calzada, los de los Santos Facundo y Primitivo, en Sahagún, San Isidoro en León y finalmente la tumba apostólica en Compostela. Es evidente que la peregrinación a Santiago se concebía, en plena Edad Media, como un itinerario cultual jalonado por cuerpos y reliquias de los santos que el peregrino debía venerar hasta alcanzar la meta final: la tumba del apóstol Santiago en Compostela.

Nos proponemos en este trabajo recorrer el Camino de Santiago a través de los sepulcros o relicarios de los santos que se encuentran en la ruta desde Jaca a Compostela que los peregrinos pudieron visitar en aquéllos siglos, y que afortunadamente la mayoría de ellos han llegado hasta nosotros. Dos son los motivos principales que nos han movido a abordar este tema. En primer lugar, nos ha parecido oportuno, dado que estamos celebrando un nuevo año jacobeo, recuperar el espíritu de la auténtica peregrinación cristiana suscitado desde sus primeras manifestaciones por la veneración al sepulcro de un santo, como revelan las mas antiguas peregrinaciones al Santo Sepulcro, en Jerusalén o a las tumbas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma. En segundo lugar, a pesar de la abundante historiografía artística que ha suscitado el Camino de Santiago, la mayor parte de los estudios se han centrado en la Arquitectura, la Escultura Monumental o la Pintura, pero no así en la escultura sepulcral devocional, que ha tenido importantes repercusiones artísticas .

En la primera sesión se estudian desde el punto de vista de su tipología, programa iconográfico, estilo y ornamentación, los sepulcros de Santo Domingo de la Calzada, y el espléndido relicario de marfil y el cenotafio de San Millán de la Cogolla. En la segunda se aborda los sepulcros de San Juan de Ortega y de San Lesmes, este último en Burgos, el de San Zoilo en Carrión de los Condes, los de los Santos Facundo y Primitivo en el monasterio de Sahagún, el arca de reliquias de San Isidoro, en León y finalmente la tumba del apóstol Santiago, meta de la peregrinación.


Sarcófago de San Juan de Ortega

Sarcófago de San Juan de Ortega. Fines del siglo XII.

Cenotafio de San Millán de la Cogolla

Cenotafio de San Millán de la Cogolla. Detalle. Curación de los dos ciegos. Fines del siglo XII.