Expertos de más de 50 universidades reflexionan sobre el impacto de la IA en la educación superior

La IA ofrece respuestas rápidas a problemas reales, gracias a su eficiencia operativa, a la personalización del aprendizaje y la capacidad de anticipación de tendencias. Sin embargo, abre otras preguntas complejas como: ¿qué significa aprender en un mundo saturado de respuestas automáticas? ¿Qué lugar ocupa el propósito universitario en un contexto de disrupción tecnológica, posverdad y, por tanto, de quiebra de la confianza? Para reflexionar y tratar de dar respuesta a estas y otras cuestiones, 135 expertos de más de 50 universidades y procecedentes de 17 países se reunieron en el campus de posgrado de la Universidad de Navarra en la IV edición del Curso de Dirección Estratégica de Universidades. La jornada, impulsada por el Centro de Gobierno y Reputación de Universidades, puso el foco en el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación superior. 

A lo largo de 14 sesiones, el curso fue una llamada a la reflexión y a la acción: más allá de las soluciones tecnológicas, las universidades necesitan desarrollar una transformación estratégica y cultural, para afrontar los retos que supone la irrupción de la IA y otros desafíos futuros.

Durante la presentación de las conclusiones, Mónica Herrero, vicerrectora de Comunicación y directora del Centro de Reputación de la Universidad de Navarra, destacó la gran paradoja de la IA, presente durante todo el curso: "Nunca una disrupción tecnológica había obligado tanto como la IA a ser más universidad", afirmó. Le acompañaron en el cierre Alfonso Sánchez-Tabernero, catedrático de Comunicación y director científico del Centro; y Santiago Fernández-Gubieda, director de la Unidad de Reputación y director ejecutivo del Centro.

Estrategia con compromiso, cambio pedagógico, responsabilidad y ética

"Sin personas convencidas, motivadas y alineadas, no hay estrategia que se sostenga", afirmaron. Una de las constantes en las distintas sesiones fue la importancia de la identidad, los valores compartidos y la experiencia del profesor y del estudiante como pilares del éxito institucional. Al respecto, se señalaron tres elementos clave: una identidad clara y coherente; una cultura del compromiso, capaz de movilizar a todos los actores en torno a un propósito común; y un liderazgo que inspire, escuche y acompañe, haciendo que las estrategias cobren vida en la práctica cotidiana.

Los expertos coincidieron en la importancia de liderar una organización hacia un propósito. Peter Eckel, director de Leadership Programs en la Universidad de Pennsylvania, definió la estrategia como un puente entre la realidad y el futuro deseado. "Este puente", explicó, "solo se construye si el liderazgo conecta misión, personas y acciones; actúa como catalizador del cambio, gobierna en red e integra la reputación en la estrategia institucional, no tratándola como un apéndice de comunicación". 

El curso concluyó la necesidad de desarrollar un cambio pedagógico y una transformación de las metodologías para hacer frente al impacto de la IA en las aulas. Además, se expuso la necesidad de que las universidades deben erigirse como referentes de uso responsable, transparente de la Inteligencia Artificial; centrado en las personas, proponiendo la adopción de marcos éticos sólidos (prudencia, equidad, protección de los derechos fundamentales), la creación de políticas internas claras sobre el uso de datos y el desarrollo de modelos, y la inversión en equipos multidisciplinares que aborden estos retos desde una perspectiva humanista, legal, técnica y pedagógica.