Hace tres meses, Julia Illarramendi celebró junto a sus compañeros de la III Promoción del Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (MELE) el acto de cierre de curso. Gracias a la formación recibida en el Instituto de Lengua y Cultura Españolas (ILCE) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, unas semanas después comenzó a trabajar como profesora de español en la sede de Barcelona del IESE Business School.

La oportunidad surgió en diciembre, cuando Carlos Schmidt, director del Business Spanish Program de la escuela de negocios, y la profesora Iolanda Nieves de la Vega vinieron a Pamplona a impartir la asignatura de Desarrollo Profesional y Competencias Docentes, en el marco del MELE. “Ambos me animaron a investigar el liderazgo en el aula y de mis conversaciones con ellos surgió mi Trabajo de Fin de Máster, que Carlos aceptó dirigir. Finalmente, debido al coronavirus, cambiamos de tema. Cuando entregué el TFM, Carlos me propuso trabajar con ellos en el IESE durante el intensivo que ofrecen en agosto. Sin dudarlo ni un minuto, le dije que sí”, explica Julia.

Durante este tiempo, ha impartido clases de español en dos cursos de nivel inicial: “El programa de español para los negocios del IESE es impresionante: trabajan el idioma a partir de pequeños casos y "conversaciones difíciles" en el ámbito de los negocios. Además de dar clases, también he preparado y diseñado actividades para el aula, así como los exámenes de evaluación”. Por entonces, aún no se había retomado la docencia presencial, “así que optamos por abrir los ordenadores, conectarnos a Zoom y enseñar a nuestros alumnos en un entorno digital”. En este sentido, señala que “la oportunidad de impartir clases en línea, en un contexto tan único como el IESE, me ha permitido reconocer y valorar las capacidades que los estudiantes y profesores tienen para adaptarse, incluso cuando se enfrentan a un reto tan grande como aprender y enseñar en un nuevo contexto”. “No hay mayor satisfacción que ver a tus alumnos aprender y mejorar, a pesar de los cambios y dificultades”, añade.

Afirma que, en este tiempo, “he tenido muchas oportunidades de poner en práctica los conocimientos que he adquirido en el máster. Los profesores del ILCE tienen una visión muy rica de la enseñanza y el aprendizaje. Además, una vez eres profesor, ves la vida de otra forma; por ejemplo, vas caminando por la calle y se te ocurren actividades para llevar al aula. Es una de las cosas bonitas que tiene esta profesión”.

Entre sus planes de futuro, cuenta que a corto plazo le gustaría ir a Japón e investigar en la  Kobe City University of Foreign Studies con Montserrat Sanz, profesora invitada del Instituto de Lengua y Cultura Española (ILCE). “Esperemos que el coronavirus no me lo impida”, concluye.