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Decisiones habituales: toma de decisiones en adultos con y sin TDAH

¿Por qué unas personas estamos más dispuestas que otras a esperar hoy para así obtener una recompensa mayor en el futuro? ¿Por qué unas personas tenemos menos miedo a arriesgarnos en nuestra vida diaria en acciones que podrían tener consecuencias positivas pero también negativas.

La investigación  “Decisiones habituales: toma de decisiones en adultos con y sin TDAH” estudia qué aspectos hacen que un premio o recompensa sea más atractivo cuando tenemos que hacer elecciones en nuestro día a día, y si estos aspectos influyen de manera igual o diferente a las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Además, será pionero en ver si nuestra forma de decidir  se relaciona con otros aspectos como la cantidad de ejercicio físico que llevamos a cabo o nuestra forma de estudiar.

Esta investigación se enmarca en el Grupo ‘Mente-cerebro’ del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra y cuenta con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (Ref. PSI2017-86763-P).

¿Por qué esta investigación? 

Esta investigación busca estudiar cómo el retraso hasta la recompensa, lo seguro o arriesgado que es obtenerla, o el esfuerzo que hay que realizar hasta conseguirla hacen que el valor de un premio se reduzca cuando tomamos decisiones.

La forma de ser de cada persona está muy relacionada con esta reducción del valor (devaluación) y podría ser diferente en los adultos jóvenes con y sin trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

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¿Por qué a unos nos cuesta más hacer ejercicio que a otros? ¿Por qué preferimos las inversiones o hipotecas a renta fija? ¿Por qué nos cuesta responder en los exámenes de test si las respuestas erróneas restan puntos? Todas estas preguntas tienen importancia en el campo de la economía, de la psicología o de la educación, pero también en nuestra vida diaria, y están relacionadas con el concepto de devaluación de las recompensas.

A principios de los años 70 el psicólogo Walter Mischel demostró como muchos niños pequeños no son capaces de esperar un corto periodo de tiempo para recibir dos golosinas en su famoso experimento del merengue (Marshmallow test). Así mismo, los trabajos de Kahneman y Tversky, y Thaler han sido premiados con sendos premios Nobel en Economía (en 2002 y 2017) por sus estudios sobre qué influye en cómo decidimos los seres humanos. Por ejemplo, todas las personas tenemos “aversión al riesgo”, es decir, miedo a arriesgarnos, pero esta característica común se acentúa especialmente en algunas personas.

Muchos trabajos posteriores han demostrado que tres de los aspectos clave que influyen en el valor de un premio para un individuo sería cómo de seguro es dicho premio (es decir, el riesgo), el esfuerzo que nos supone conseguirlo, o cuándo lo vamos a conseguir.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es la afectación del neurodesarrollo más común en niños y adolescentes, con una prevalencia mundial del 3-5%. En adultos, los datos de frecuencia (prevalencia) del trastorno son similares

El TDAH se caracteriza por un patrón continuo de hiperactividad, impulsividad y/o falta de atención que afecta negativamente en el funcionamiento académico, social, o familiar desde la infancia y a lo largo de la vida. Como en los niños TDAH, los adultos comparten los síntomas de la inatención, hiperactividad e impulsividad. Sin embargo, estos síntomas varían con la edad. La hiperactividad es el síntoma que más se reduce, seguido de la impulsividad y la inatención se mantiene prácticamente igual. Los adultos que tienen TDAH son menos propensos a mostrar conductas hiperactivas obvias, en su lugar pueden manifestar inquietud interior y actividad mental constante interiorizando así su hiperactividad.

Algunos problemas comunes relacionados con el TDAH en la edad adulta serían:

· problemas para la concentración
· dificultad para la organización
· problemas con rutinas
· problemas para terminar tareas
· depresión y/o baja autoestima
· inquietud interior
· escasa capacidad para administrar el tiempo
· impaciencia y frustración

Así mismo, en algunos casos el TDAH adulto se asocia con estilos de vida no beneficiosos, incluyendo conductas de riesgo, consumo de sustancias, o sedentarismo. De hecho, aunque a veces se piensa en el TDAH como un problema solamente escolar, este trastorno tiene importantes consecuencias para los individuos que lo padecen. El TDAH impacta negativamente en las relaciones sociales, la salud y en definitiva, la calidad de vida de las personas.

Un aspecto específico de las consecuencias del TDAH podría ser que los jóvenes con el trastorno podrían devaluar las recompensas de manera diferentes a las personas que no lo tienen cuando toman decisiones en su vida diaria, y que esto además se relacione con diferentes estilos de vida relacionados con la salud. Son estos aspectos los que buscamos evaluar en nuestro proyecto.

César Soutullo, miembro del equipo de investigación, explica las características de TDAH en adultos.

Durante las últimas décadas, el conocimiento del TDAH en el adulto ha experimentado un notable incremento en diferentes áreas de estudio (clínica, neuropsicológica, de neuroimagen y de genética). En concreto, una de las que ha experimentado un mayor avance es la terapéutica, especialmente la referente a la psicofarmacología. Pese a ello, el número y la calidad de los estudios sobre la eficacia del tratamiento psicofarmacológico y psicológico es menor en esta población que en la infantil.

Se recomienda que el tratamiento (al igual que el diagnóstico) se lleve a cabo por parte de un equipo multidisciplinar, que incluya al menos un psiquiatra y un psicólogo clínico. Además, es conveniente que el abordaje del tratamiento sea multimodal, es decir, que abarque no sólo el ámbito clínico, sino también el familiar, escolar o laboral. Asimismo, puede ser recomendable vincularse con la Asociación o Fundación más cercana.

Existen dos grandes ramas de tratamientos para el TDAH adulto, la farmacológica y la psicológica. El tratamiento combinado, que incluye el empleo de psicofármacos conjuntamente con otros abordajes psicológicos y sociales, ha demostrado ser el más eficaz en el TDAH del adulto.

Tratamientos farmacológicos

En la actualidad existen diferentes psicofármacos eficaces y bien tolerados para el tratamiento del TDAH en el adulto. Estos fármacos pueden ayudar a reducir los síntomas del trastorno. Se clasifican en dos grandes grupos atendiendo a sus características químicas: los estimulantes y los no estimulantes.

El primer grupo (estimulantes) lo integran fármacos de la familia de las anfetaminas como el metilfenidato. El metilfenidato es el estimulante más utilizado. Existen tres presentaciones farmacéuticas del metilfenidato: una de liberación inmediata, que precisa de tres tomas diarias, y dos de liberación prolongada, que requieren una sola dosis matutina. Una característica de este medicamento es su efecto muy en el corto plazo y su corta vida media (es decir, el poco tiempo que permanece en el organismo).

En el segundo grupo (no estimulantes) se encuentran todos aquellos fármacos que habiendo demostrado utilidad para reducir los síntomas, no son estimulantes. La atomoxetina es el fármaco no psicoestimulante mejor estudiado en adultos y, por tanto, el que dispone de la indicación de tratamiento para el TDAH en esta población. La atomoxetina puede ser administrada tanto en una única toma (matutina) como en dos (mañana y mediodía).

Todos los medicamentos buscan aumentar la cantidad de un tipo de neurotransmisor (es decir, de un tipo de molécula que facilita la transmisión de información entre neuronas) denominado catecolaminas ya que hay evidencias de que el TDAH se caracteriza por la falta o disfunción de este neurotransmisor.

Tratamientos psicológicos

Las intervenciones psicológicas resultan de gran ayuda en el tratamiento del trastorno, aunque los abordajes estructurados, como la terapia cognitivo-conductual y las intervenciones psicoeducativas han mostrado resultados positivos en estudios. Ambos tipos de terapias pueden llevarse a cabo bajo un formato individual o grupal.

La terapia cognitivo- conductual, una intervención estructurada adaptada a las características del trastorno y de cada paciente, es la aproximación psicológica más efectiva para tratar el TDAH en adultos. Consiste en la aplicación de técnicas cognitivas y comportamentales para abordar las principales dificultades presentes en este trastorno, como el manejo del tiempo, la solución de problemas o el control de impulsos.

Las intervenciones psicoeducativas buscan proporcionar una adecuada información tanto al paciente como a su familia sobre el trastorno (etiología, pronóstico y factores asociados), su tratamiento y el manejo de determinadas situaciones. Pueden utilizarse como terapias en sí mismas o como un componente de una terapia más extensa.

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Investigador responsable

Gonzalo Arrondo

garrondo@unav.es 
Grupo Mente-cerebro ,  

 

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Investigador responsable

Javier Bernácer

jbernacer@unav.es 
Grupo Mente-cerebro ,  

 

CVN

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