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Habilidades de liderazgo en femenino: María Iraburu Elizalde

Eva María Infante, alumna de 2º del Grado en Filosofía, Política y Economía (PPE), nos trae la crónica de la penúltima sesión del ciclo "Habilidades de liderazgo en femenino". En esta ocasión, ha contado con una invitada muy especial: María Iraburu,  rectora de la Universidad de Navarra
 

El pasado viernes, uno de abril, tuvo lugar la penúltima sesión del Ciclo de Habilidades de Liderazgo en Femenino.. En esta ocasión, tuvimos la suerte de poder contar con el testimonio de María Iraburu, rectora de la Universidad de Navarra desde el pasado enero.

Fue, como siempre, una charla cercana y distendida, pero que en esta ocasión contó con un elemento especial. El Ciclo de Habilidades de Liderazgo en Femenino nació con la idea de poder acercar referentes femeninos de diferentes ámbitos profesionales al alumnado y esta última sesión brindó la posibilidad de conocer a María Iraburu, un referente para los estudiantes de la Universidad, no solo como rectora, sino también como persona y como ejemplo de liderazgo en femenino. Para muchos, fue la ocasión de conocer el gobierno universitario desde una perspectiva cercana y personal.

Iraburu lo quiso dejar muy claro desde el principio: de las historias se aprende y por eso es importante contarlas. De entre las que le inspiraron, destacó la figura de su madre como ejemplo de liderazgo, pero también quiso recalcar que ninguna historia es individual, sino que todas forman parte de una cadena de influencias y que, por lo tanto, todos tenemos la posibilidad de hacer un impacto positivo en los demás. 

Enamorada de la Universidad de Navarra y de su espíritu universitario desde el primer curso de Biología, instó a los presentes a nunca abandonar la actitud de pregunta y es que ella, aunque proceda de la rama de las ciencias naturales, entiende la necesidad de preguntarse por las últimas causas y grandes temas. Como profesora, dejó entrever lo bonito que resulta para los mentores el poder ver cómo evolucionan sus alumnos y, de su etapa en el gobierno universitario, destacó la posibilidad de conocer a las instituciones en su conjunto y de lanzar proyectos significativos que impacten en la sociedad. 

Nos dejó tres consejos fundamentales; el primero, que la vida es un camino por el bosque y que al cruzarlo se va creciendo; el segundo, la importancia de dejarse aconsejar por personas que tengan más experiencia y perspectiva y lo vital de la figura de un mentor; por último, que un líder tiene muchas caras. Para ella, el líder es una persona fiable, cercana y con disposición de buscar el bien del conjunto. El líder no es el yo, es el que es capaz de ver el nosotros. Debe contar con la vocación de ayudar y contribuir. 

De su testimonio surgieron multitud de preguntas de las que me gustaría destacar una es especial: mujeres ayudando a mujeres. María contaba que su carrera investigadora había estado marcada por mujeres líderes y resaltó la importancia  que suscitó en ella el apoyar a las mujeres de su entorno, tanto a la hora de organizar paneles y ponencias paritarias, como el ceder en un simple turno de palabra. Como anécdota, solo el 15% por ciento de los rectorados de España están encabezados por mujeres y dos de las posibles causas que se comentaron fueron la dificultad de encontrar referentes en ciertos puestos y la insuficiencia de las redes de apoyo. 

Personalmente, me quedo con dos ideas de la charla. La primera, la importancia de contar historias y de encontrar referentes. Indudablemente todos tenemos grandes ejemplos cerca, pero, en muchas ocasiones, a las niñas nos han faltado referentes femeninos en algunos campos profesionales. Está en nuestras manos que las generaciones venideras tengan dónde mirar y puedan verse reflejados y eso, en parte, dependerá de nuestra capacidad por ilusionarles. La segunda idea es la importancia de ayudar a potenciar e impulsar las carreras de otras mujeres. Las redes informales tienen un peso indudable en muchos campos profesionales. Por eso, resulta imprescindible tejer redes de apoyo y tener no solo en mente el nombre de compañeros de profesión, sino también de compañeras. 

En resumen, si la vida es un camino del que no conocemos el final, lo mejor que podemos hacer es ayudar a nuestros compañeros de viaje y, en la medida de lo posible, hacer este más amable para los demás. Así puede que llegue el día, como dijo María Iraburu en una entrevista para el Diario de Navarra, en que ser la primera no sea noticia.


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