[David Alandete. Fake News: La nueva arma de destrucción masiva. Editorial Planeta. Barcelona, 2019. 296 págs.]
5 de abril, 2019
RESEÑA / Naiara Goñi Pérez
El ámbito de la defensa y seguridad hoy en día no se limita solo al campo militar, sino que habiendo adquirido mayores dimensiones precisa un enfoque global. La ciberseguridad requiere más atención que nunca, pues afecta tanto a las estructuras de defensa como a la población civil (es lo que se conoce como “conflicto híbrido”). Los campos de las ciencias de la información, la comunicación y las ciencias políticas y sociales se ven igualmente afectados; aquí su amenaza se mueve bajo los nombres de fake news, desinformación, verdades emocionales, posverdad…
El libro “Fake News: La nueva arma de destrucción masiva” es una investigación acerca de la dimensión y presencia que ha adquirido la desinformación en los medios de comunicación. Señala el autor en su libro la desprotección a la que están sometidos los periodistas en un tiempo en que se ha perdido el control de la distribución de la información, debido entre otros factores a la proliferación de las redes sociales. La motivación del propio libro surge de una campaña de desprestigio sufrida por el propio el autor, quien desde las páginas de El País, diario del que era directo adjunto, denunció la presencia tanto de actores rusos como de Julian Assange, creador de Wikileaks, en el conflicto catalán.
David Alandete aporta una gran cantidad de fuentes para arropar sus argumentos. Así, apoya su relato en numerosos ejemplos de noticias falsas, detalla los métodos que se usan para extender la desinformación y referencia estudios que miden la repercusión de estas prácticas en la democracia.
Aunque, como se ha dicho anteriormente, el propósito del libro es documentar el papel de las noticias falsas y la desinformación en torno al referéndum catalán del 1-O. Alandete también aborda otros ejemplos de injerencia, como es el caso del Brexit, las protestas de los chalecos amarillos en Francia, las elecciones alemanas…
Un total de 20 capítulos componen la estructura del libro, con titulares sacados de campañas de desinformación, como “Tanques en las calles de Barcelona” o “Nadie podía esperar que esto pasara en un país tan próspero como Alemania”, que dan idea de la que va a destaparse y desmentirse en las siguientes páginas.
La desinformación busca, a grandes rasgos y en palabras del propio autor, recrear una realidad alternativa en la que las fuentes de información son frecuentemente puntos de vista u opiniones y generalmente están manipuladas. Otro rasgo característico es la ausencia de firma, que hace difícil trazar la veracidad de un contenido particular e imposible exigir responsabilidades a su autor. El objetivo principal tras estas campañas es el de desestabilizar la democracia, y se lleva a cabo “estudiando los temores de cada país, apelando a los problemas más arraigados en cada sociedad y publicando informaciones dudosas o directamente falsas para crear divisiones”. Como principales artífices están los medios que amplifican las noticias (es alarmante el crecimiento en el empleo de bots); que además cuentan como aliado con un factor decisivo señalado desde el principio del libro: “La psicología humana es la razón principal del éxito de la desinformación”.
El interés del trabajo de Alandete radica en el análisis de la situación una vez la maquinaria de desinformación ha actuado. España es un claro ejemplo de la pasividad ante este desafío, pues, tal y como apunta el autor, en el caso del referéndum ilegal celebrado en Cataluña en 2018 “no hubo previsión ni estrategia. La batalla de la comunicación estaba perdida de antemano”. Sin embargo, países como Alemania promovieron la ley contra las noticias falsas antes de las elecciones. Lo cierto es que estas medidas suponen una tensión entre libertad de expresión y las sanciones por desinformación. Para superar esa disyuntiva, conviene establecer medidas preventivas de forma que pueda erradicar el problema sin caer en el sometimiento de la libertad de expresión.
La gran aportación del libro es, sin duda, ilustrar esta “teoría de la desinformación” con ejemplos prácticos y reales de la. En definitiva, su propósito de fundamentar sus argumentos en una investigación objetiva convence al lector de que efectivamente, las fake news son la nueva arma de destrucción masiva, cuyo objetivo es desestabilizar las democracias.